Lo que es no conocer a Peña Nieto

Ante el escándalo, por instrucciones presidenciales, el caso fue sometido a una investigación de la Función Pública.

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De todos modos, mañana
será otra corbata.
Florestán

El pasado martes 30 de abril, publicaba en este espacio: Humberto Benítez debía haber renunciado ya a la Profeco por la filial capacidad de mover a un equipo de inspectores para clausurar un restaurante que no le dio a la hija la mesa que quería. Y en el quehacer de gobierno sería un mensaje muy fuerte del presidente Peña Nieto a los papás y a los hijos con afanes de clausura.

Me refería a los hechos del viernes anterior, 26 de abril, cuando su hija ordenó clausurar el restaurante Maximo Bistrot, en la colonia Roma, porque no le daban la mesa que quería. ¡Y le pusieron los sellos!

Ante el escándalo, por instrucciones presidenciales, el caso fue sometido a una investigación de la Función Pública, de la que sería exonerado, no así cuatro de sus funcionarios que fueron suspendidos.

Benítez no dimitió, sino que declaró que esa posibilidad ni le había pasado por la cabeza.

Y parecía prueba superada, incluso en las redes sociales, desde donde había surgido con toda su fuerza y sin las que nadie se hubiera enterado del lance de la hija y sus afanes de clausura, órdenes obedecidas por todos los funcionarios de la Profeco.

Daba, pues, la impresión de que todo se había resuelto, hasta que el lunes, el presidente Peña Nieto dio una orden a su secretario de Gobernación, pese a la cercanía con su paisano: está cesado.

Anúncialo.

Y así, ayer por la tarde, apareció Miguel Osorio Chong ante los medios para informar, no que Benítez había renunciado, ni que su ciclo había terminado, ni que se iba por razones de salud, no. Osorio dijo que había sido cesado:

El Presidente de la República, al considerar que este caso ha dañado la imagen y prestigio de la institución, ha ordenado la remoción de Humberto Benítez del cargo de procurador federal del consumidor, a fin de evitar que se vulnere la autoridad y eficacia de la Profeco ante prácticas que atentan contra los derechos de los consumidores del país.

Y a través de su secretario de Gobernación, Peña Nieto dejó el aviso principal a todos en su gobierno, cercanos y no:

Con esta decisión, el Presidente de la República envía un mensaje claro a todos los servidores públicos de la Federación, a todos los que tenemos responsabilidad en este gobierno, de que además de cumplir con nuestras funciones dentro del marco de la ley, estamos obligados a desempeñarnos con ética y absoluto profesionalismo.

Apenas el día anterior, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, lo defendía con Carlos Loret: Es uno de los colaboradores que seguirá trabajando en este proceso.

Por lo visto a Guajardo, como a Benítez, no le había pasado por la cabeza la posibilidad de renunciar.

Pero no contaban con que a su jefe sí, y ayer lo cesó.

Y cuando ya nadie se acordaba.

Nos vemos mañana, pero en privado

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