En esta semana, cuando varias familias se preparan para celebrar o recordar a quienes se nos han adelantado en el viaje, hemos notado dos importantes acciones en favor de promover  las tradiciones nacionales.

Mientras el Halloween se pretende abrir paso, principalmente entre los jóvenes, otra costumbre no tan nueva el Hanal Pixán se niega a morir.

Algunos autores, principalmente sociólogos, estudian el caso concreto de las culturas y explican que cuando una se debilita, es absorbida por otra de mayor empuje. Tal vez sea momento de demostrar que la cultura yucateca no tiene nada de debilitamiento, y que por el contrario es pujante.

Hace unos días cuatro asociaciones civiles realizaron una interesante campaña para promover el uso de la filipina, colocar una foto en un altar de un familiar querido que ya se adelantó en el viaje, comer cuanta fruta de temporada de producción local y preguntarse (los más pequeños) los significados en lengua maya de alguna palabra de nuestros ancestros, en lugar de vestirse de diablo, o de Harry Potter o de cualquier otro personaje salido del cine anglosajón.

Habrá quien diga: Pero si también en otros estados se disfrazan en días de muertos. Sí, pero no le llaman Halloween y tiene una forma muy particular de realizarse el festejo…