El estado fue recibido en quiebra y con un caos administrativo que a la fecha intentan organizar. Tal condición, esgrimida para explicar las correcciones burocráticas y los procedimientos judiciales, se repite en casi todos los Ayuntamientos, donde dicho periodo se cumplirá próximamente.

Perduran lastres, aunque hay avances. Lo cierto es que en todos se presentan microinformes más por tradición que por obligación, pues las circunstancias exigen cuentas para frenar descontentos o tergiversaciones. Pero este lapso no siempre resulta cómodo, menos en un contexto como el actual, cuando prevalecen más dudas que certezas.

Es obligatorio exponer lo que ocurre con el gobierno del estado porque los 100 primeros ya se cumplieron, así como con Benito Juárez, el de mayor población y músculo económico, y con Puerto Morelos, que estrena autoridades debido a su característica de “recién nacido”. Ambos municipios generan interés especial.

En tanto, en Solidaridad y Othón P. Blanco –dos de los “cuatro grandes”– la situación pinta bien a pesar de que la inseguridad, la deuda o la insuficiencia de los servicios, manchen tanto la imagen como los afanes de progreso. Caso contrario el de Cozumel, el último de los “grandes”, donde las inconformidades son crecientes.

Visto así, ¿qué pueden presumir? La administración de Carlos Joaquín González reporta saldo a favor en los seis ámbitos prioritarios: desarrollo urbano y ambiental; económico; social; seguridad y gobernanza; finanzas y contraloría, así como en salud.

Probablemente sus dos acciones más notables son las denuncias contra ex funcionarios del régimen anterior y el plan financiero con base en la austeridad, el refinanciamiento, los impuestos y la optimización del gasto. Por muy impopulares que parezcan ciertas operaciones, era impostergable la estabilidad.

En el Benito Juárez de Remberto Estrada destacan los 100 comités vecinales en un intento más completo por contener la inseguridad. La participación se manifiesta en los más de 60 cursos sobre prevención que han beneficiado a 8 mil participantes, entre estudiantes, empleados y ciudadanos, quienes ya saben cómo advertir la violencia familiar y de género.

En tal sentido el rescate de espacios resultó ineludible, por lo que el bacheo, la limpieza, la recolección de basura, la reparación de guarniciones o la colocación de luminarias marca cifras inéditas. 

En lo administrativo se pondera bien la Consulta Ciudadana, que recogió más de 40 mil propuestas, y las medidas de la Contraloría para combatir la corrupción.

En Puerto Morelos debe subrayarse el esfuerzo dirigido para cumplir en este tiempo con el programa “100 días, resultados que hacen historia”, por lo que su presidenta, Laura Fernández, ha sabido sacar provecho y tomar ventaja.

A la entrega de vehículos y equipo táctico a los agentes, debe sumarse la creación de la Policía Turística, la puesta en marcha de “Presidenta en tu colonia”, el primer dispensario médico en Leona Vicario, la repavimentación y las cinco rutas de recolección de desechos.
Mención especial merece el golpe a la concesionaria Aguakan, cuyas atribuciones son desconocidas en la demarcación por acuerdo de la nueva administración, que no reconoce herencias ni ataduras.  

Muchos coinciden en que este año deberá ser de obras, proyectos sociales e inversiones en diversos sectores, principalmente en los motores de las economías, con el turismo como eje central. A la par, deberán robustecer la transparencia y rendición de cuentas.

En la antesala del gran año electoral (2018), reconquistar las simpatías que parecen extraviadas y convencer más allá de los grupos cautivos debe ser una consigna suprema de quienes dirigen. De lo contrario, dos años y un sexenio no serán suficientes.
En la próxima entrega, “Los 100 de los otros”.