Los cambios que vienen

Con la dinámica de los cambios en el Poder Legislativo y los Ayuntamientos, que vienen en cascada, luego del II Informe constitucional...

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Con la dinámica de los cambios en el Poder Legislativo y los Ayuntamientos, que vienen en cascada, luego del II Informe constitucional que consagra al gobernador del Estado, Roberto Borge Angulo, sumado al esquema del plan de austeridad que homologará sueldos y fusionará dependencias, 25 diputados y 10 alcaldes con sus cabildos se estarán integrando al engranaje estatal que mueve la cadena del desarrollo de Quintana Roo, en lo fundamental, con los cambios que se constituyen rumbo al proceso que podría resultar a futuro.

El propósito esencial es buscar un acortamiento de la crisis económica por una vía que permita convocar a condiciones de mayor salvedad presupuestaria en el aparato gubernamental, lo cual implica cambiar las condiciones con un proceso constituyente en  el proscenio parlamentario local.

Se trata de reestructurar los poderes públicos para que ahora estuviesen acordes a la modernidad y para que expresen equilibrio presupuestal, es el proceso que a esto conduce y el que podría resultar exitoso.

No hay milagros a la vista. La convocatoria del gobernador de Quintana Roo es un camino, que tiene, como todos, riesgos y beneficios. Vale la pena exponer por ser un instrumento para acortar gastos ociosos y estériles y crear condiciones para convocar  a una reingeniería gubernamental como instrumento para reestructurar los poderes públicos y volver a un buen equilibrio económico.

Por supuesto que el Gobierno usará ese instrumento también para avanzar en la consolidación del régimen actual, pero el logro de tal propósito depende en gran medida de la conducta de todas las fuerzas del aparato gubernamental.

En la oposición hay contradicciones que se ven de refilón pero que se conocen ampliamente en la plaza pública, estas contradicciones opositoras tienen una calidad diferente a las gubernamentales, derivan de la falta de espíritu de trabajar con pluralidad a pesar de los esfuerzos de otros de la competencia natural de diversidad ideológica, con la menor o mayor disposición a convivir en pos del desarrollo de Quintana Roo.

La oposición ha concurrido intermitentemente a los tribunales electorales con impugnaciones bajo la acusación de fraude oficial. Los candidatos de entonces, hoy consumados perdedores, concluyeron que se perdió porque el partido en el Gobierno cometió fraude.

Esa oportunidad se perdió en los partidos de oposición en forma lamentable, pero el peligro de que ese fuese el desenlace no impidió que los correligionarios maltratados y maltrechos por los magros resultados del domingo siete pidieran que la cabeza de sus líderes fuese exhibida en la picota del ágora pública.

El anhelo de aspiración en lo que orla en el pensamiento de la dupla opositora sea truncada y trucada por ujieres bajo el escudo amarillo con un sol apagado en el Estado y, en consecuencia, con incandescentes destellos de paniaguados azules de la panadería local. Pero dependerá de la estrategia que se asuma y del aprendizaje experimentado por la derrota para mejorar los resultados.

Las contradicciones opositoras derivan de la incapacidad de discutir abiertamente, para ponerle antagonismo con represión de cualquier forma de disidencia al Gobierno en turno, aunque en los últimos tiempos, después de la ausencia de AMLO, El Peje, la capacidad del disenso opositor ha disminuido.

Esta situación del Estado pudiera prometer que podrían acordar poderes públicos más dinámicos y converger alrededor del fin e inicio del período con quienes se instalan en el Poder Legislativo con sus 25 diputados y los multifacéticos concejales de los 10 ayuntamientos del Estado, con nuevos bríos.

Todo depende de lo que se haga ahora derivado de lo constituyente por el Ejecutivo y avalado por el Legislativo, que puede ser una bandera que conduzca a un reacomodo institucional, lo que consta que importantes dirigentes sociales, empresariales y políticos, concuerdan con esta visión.

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