Los índigo están aquí
La aparición de estos niños, según psicólogos y psicoanalistas, se atribuye más bien a cambios socioculturales.
Estando de visita en casa de unos compadres, nos topamos con sus dos sobrinos, cuyo comportamiento me obliga a reflexionar sobre los cambios y/o metamorfosis de la actual generación. Los niños del siglo XXI ya no son lo que eran antes, sólo baste escuchar sus respuestas, opiniones y cuestionamientos.
Se presume que existe una nueva generación de niños llamados índigo y cristal. La aparición de estos niños, según psicólogos y psicoanalistas, se atribuye más bien a cambios socioculturales tanto a nivel macro como intrafamiliar.
Los niños índigo son chicos que poseen una estructura cerebral diferente en lo que se refiere al uso de los hemisferios izquierdo (menos) y derecho (más).
Yendo más allá del plano intelectual, los califican como quebrantadores del sistema, pues rompen viejos modelos que nos atan a obsoletas estructuras, encargándose de acortar la distancia entre pensar y actuar. Contra lo que pudiésemos esperar, nos ayudan a mudar el foco del yo hacia el prójimo, buscando disminuir egoísmo, envidia y exclusiones, con el objeto de alcanzar mayor solidaridad.
Estos índigo no duran mucho tiempo sentados, a menos que estén concentrados en un tema de su interés, son creativos y siempre encuentran la forma de hacer sus cosas e inclusive dan la impresión de ser antisociales o introvertidos.
Orgánicamente tienen un sistema inmunológico óptimo y atributos paranormales, son poco conformistas, visionarios talentosos y con una gran intuición.
Destaca su sensibilidad y se resisten a la autoridad si no está democráticamente orientada y sienten gran temor por su muerte o la de sus seres queridos.
Grillo considera que los pequeños con estas conductas son los llamados niños del nuevo milenio. Al parecer, esta “nueva raza superior” con alto potencial intelectual podría estar destinada a cambiar los vetustos esquemas sociales que encadenan a la humanidad.
Por si no fuera suficiente lo dicho, resulta que desde el año de 1987 se ha percibido la presencia de un nuevo perfil infantil denominado niño cristal, que contrasta con el índigo por ser “pacificador” y presentar fuertes atributos de paz y equilibrio en busca de continuar lo que empezaron los índigo.
Si bien se han realizado infinidad de investigaciones sobre los niños índigo, no existe demostración científica que lo avale, pero a nuestro país le urge encontrar a estos poseedores de tan particular personalidad. Reestructurar el anquilosado sistema en el cual nos encontramos atrapados, lleno de justificaciones, engaños, mentiras y retórica, es impostergable.