Los jóvenes y los Estados desaparecidos

Al margen de tantas noticias políticas, la desaparición y el asesinato de decenas de jóvenes...

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Al margen de tantas noticias políticas, la desaparición y el asesinato de decenas de jóvenes en el Estado de México y en Guerrero deben de convertirse en la señal final para que el Estado reconozca su terrible ausencia en varias zonas del territorio nacional. Estamos viviendo la ausencia del Estado en varias regiones del país, somos testigos de lo que eufemísticamente llaman Estados fallidos.

¿Cómo justificar la ausencia del Estado en tantas zonas del país? A esta altura, la verdad es que no tiene mucho sentido preguntarse si esas entidades son gobernadas por el Partido Revolucionario Institucional o si son gobernados por el Partido de la Revolución Democrática, o por Acción Nacional. 

No se debe, no se puede utilizar políticamente la muerte de tantos jóvenes. Los nombres y las historias de las personas que se mencionan como desaparecidas deben ser aclarados. Su muerte no debe quedar impune.  Un Estado con tanta gente desaparecida habla más bien de un Estado desaparecido.

En todo caso, además de la indignación que estos hechos provocan, creo que como sociedad estamos obligados a exigirles a las autoridades públicas que dejen de lado todos los programas que no tienen un impacto social en la reducción de la pobreza. Ya no es necesario que mediante discursos huecos, sin significado, nos mencionen cifras económicas de una bonanza que sólo se refleja en los boletines de comunicación; los muertos en las fosas contradicen cualquier discurso.

La primera tarea del Estado es la de brindar seguridad a los ciudadanos, ese es su origen,  su función original. Es importante recordarlo, tenerlo presente, lo demás, aunque es importante, resulta accesorio, complementario. 

Además, el nivel de desconfianza de los ciudadanos ha aumentado, se cometen delitos que los ciudadanos no denuncian, en el mejor de los casos porque no creen en que la autoridad pueda hacer algo para solucionarlos, en el peor de los casos, porque consideran que si denuncian puede haber represalias, ya que muchas veces la infiltración de los delincuentes llega hasta el límite de controlar a las autoridades, que deben de preservar la seguridad ciudadana.

A continuación algunos datos de La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2014 (Envipe):

El nivel de delitos no denunciados o que no derivaron en averiguación previa en el país durante el 2013 fue de 93.8 por ciento (cifra negra). En 2012 fue de 92.1 por ciento.

La Envipe 2014 permite conocer que entre los motivos que llevan a la población víctima de un delito a no denunciar están las circunstancias atribuibles a la autoridad, como considerar la denuncia como una pérdida de tiempo y la desconfianza en la autoridad, con 65.6 por ciento.

La Envipe estima a nivel nacional que el 58.1 por ciento de la población de 18 años y más considera la inseguridad y delincuencia como el problema más importante que aqueja hoy en día en su entidad federativa, seguida del desempleo, con 46.1 por ciento y el Aumento de Precios, con 37.7 por ciento.

Los datos que menciono pueden ser consultados en la siguiente página:
http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Boletines/Boletin/Comunicados/Especiales/2014/septiembre/comunica11.pdf

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