Los mayas, ante una catástrofe

El Instituto Estatal de Educación para Jóvenes y Adultos confirma que el idioma maya podría “desaparecer”...

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El Instituto Estatal de Educación para Jóvenes y Adultos confirma que el idioma maya podría “desaparecer” en Quintana Roo cuya población supera un millón 325 mil habitantes, según el más reciente censo del Inegi realizado en 2010. De acuerdo con sus cifras, aproximadamente 26 mil personas hablan maya en el estado, aunque solo el dos por ciento lo lee y escribe. 

Las causas son diversas, aunque conviene referirse a dos principales: la modernidad con base en el uso de la tecnología, y la obligada migración de los jóvenes que buscan mejores oportunidades en sitios turísticos donde la lengua originaria y hasta el español pierden presencia.

La modernidad ha obligado a que dicha cultura se transforme y adapte a las nuevas circunstancias. En un mundo globalizado no hay culturas estáticas, lo cual provoca pérdida de costumbres, quehaceres y deberes, sobre todo en una cultura expuesta constantemente a un mundo del que se siente marginada por la discriminación y otros factores. 

En ciudades cosmopolitas como Cancún o Playa del Carmen, donde habitan decenas de extranjeros provenientes de distintos continentes, el idioma materno forma parte de un nostálgico recuerdo. Eso, aunado al uso del Internet y la telefonía celular con caracteres inéditos, completan un panorama desalentador en la materia.

Acerca de la migración -el otro aspecto referido-, lo primero es reconocer que la necesidad de un sueldo fijo ha causado que los jóvenes abandonen sus tradiciones para buscar el sustento diario. El turismo en Quintana Roo, un estado que vive de los visitantes, ha transformado las relaciones de familia y trabajo. Con horarios extenuantes y donde incluso el español es relegado a segundo término, los mayas se alejan cada vez más de sus orígenes.

Frente a una cruda realidad, ¿qué hacer? Una tarea primordial es alfabetizar a los originarios. Alfabetizarlos en lengua maya y también en español, para que valoren su pasado, presente y futuro. Con esa labor en desarrollo, las autoridades podrán contar con herramientas para preservar el idioma mediante actividades en torno a la educación.

Los libros de español distribuidos en los planteles de la región deben publicar contenido en lengua originaria para incorporar a los miles que hoy se sienten excluidos. Esta lengua es peninsular, por lo que sería ideal buscar acercamientos con los gobiernos de Yucatán y Campeche para buscar su preservación. Sumar siempre será bueno en este renglón.

En estas actividades deben participar educadores, líderes espirituales, antropólogos y estudiantes, quienes pueden enriquecer las distintas facetas de la vida comunitaria.

El turismo es progreso. La clave será distribuir más equitativamente la generación de la riqueza, favoreciendo a las comunidades mayas de la Península.

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