La presencia de los teotihuacanos en el Golfo de México estaba relacionada con la búsqueda de algunas materias primas, como las plumas de las aves tropicales, el cacao, los yacimientos de cinabrio y el caolín de la zona de los Tuxtlas. Cabe decir que cerca de la laguna de Catemaco los teotihuacanos fundaron una colonia en Matacapan.  Este hecho no sólo les permitió a los teotihuacanos asegurar el acceso a la materia prima, sino que también  les permitió establecer el control de un importante puerto de intercambio, en donde confluyen las rutas comerciales que vienen del norte de Veracruz, de la Península de Yucatán y de las costas de Guatemala, por la ruta del Istmo de Tehuantepec, y de las Mixtecas, por la ruta  de Teotitlán-Tuxtepec. 

La presencia contundente de los teotihuacanos en Matacapan queda evidenciada por los conjuntos habitacionales multifamiliares que caracterizan a este asentamiento de la gran metrópoli.

La relación teotihuacana con los mayas y los zapotecos ha sido objeto de innumerables debates, pero muchos artefactos teotihuacanos llegaron a Oaxaca y Yucatán; en otro caso, estos diseños externos propiciaron que los artesanos del sur hicieran imitaciones de los artefactos.

Hace más de medio siglo que se identificaron rasgos teotihuacanos  en ciudades mayas del Petén guatemalteco. Allí se identificaron evidencias que no dejan duda de la influencia teotihuacana en la arquitectura, en la cerámica y en el ajuar militar, también se reproducen algunos símbolos teotihuacanos. A decir verdad, en el asentamiento prehispánico de Tikal se reafirman los rasgos teotihuacanos con la presencia del vaso trípode con tapadera, en arquitectura se observa la presencia del talud y el tablero a la usanza  teotihuacana y en años reciente se ha encontrado un estandarte de piedra muy semejante al que hoy conocemos   como el marcador del Juego de Pelota que ha sido recuperado en el barrio de la Ventilla en Teotihuacán.

Nuevamente en Tikal se observa a un guerrero vestido a la usanza teotihuacana y muy bien armado, que llega ante un personaje maya que lo recibe con sahumerios; otra evidencia es un mural que se encuentra en el sitio de Uaxactún, en él  se plasmó un guerrero teotihuacano que recibe la sumisión de un noble maya.