Los rellenos sanitarios

Según el Artículo 115 constitucional, es competencia de los municipios el barrido, recoja, manejo y disposición final de los residuos sólidos.

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Los rellenos sanitarios o sitios de disposición final de residuos sólidos son clave en el manejo adecuado de los desechos que generamos todos los días. Los rellenos sanitarios están regulados por la NOM-083/SEMARNAT-2003 que es de cumplimiento obligatorio por la instancia correspondiente. 

Según el Artículo 115 constitucional, es competencia de los municipios el barrido, recoja, manejo y disposición final de los residuos sólidos. Cabe aclarar que es a los residuos sólidos revueltos y de todo tipo a los que se conoce como basura, porque si los residuos son separados ya no son basura, pues se pueden vender como subproductos. 

Un relleno sanitario completo está compuesto de cuatro áreas: planta de separación, zona de celdas de disposición de residuos, planta de composta y lagunas de oxidación en donde se procesan los lixiviados, siendo estas instalaciones lo más recomendable para el manejo adecuado de residuos sólidos para evitar la contaminación. 

Según la NOM-083, los rellenos sanitarios se clasifican según la cantidad de residuos que genera una comunidad: para los sitios con capacidad de generación de 1 a 10 toneladas diarias la categoría signada es tipo “D”; de 11 a 50 toneladas es tipo “C”; de más de 50 y hasta 100, categoría “B”, y de 100 toneladas o más al día, categoría “A”. 

El relleno sanitario de Mérida es tipo “A”, tomando en cuenta que la generación estimada de residuos al día en la capital yucateca es de 830 toneladas, de modo que es uno de los más importantes del sureste.  

El 115 constitucional ya mencionado establece también que cada municipio tiene la libertad de concesionar los servicios de barrido y recoja e incluso el manejo del sitio de disposición final. 

Y es precisamente esta condición la que pone en entredicho la capacidad de muchos municipios para el control y manejo de los residuos; sobre todo lo más cuestionable han resultado ser las concesiones de la recoja de residuos, ya que los operadores de los servicios de recolección promueven la pepena, dando como resultado que lo que ingresa al relleno sanitario sea una mínima cantidad de subproductos (plásticos, metal, aluminio, vidrio) dejando en desventaja a las plantas de separación, ya que al llegar menos material dichas plantas no pueden ser un negocio redituable y acaban por fracasar.

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