Pues en septiembre todo el fervor patrio está a flor de piel.  Dicen las gentes del Ayuntamiento encabezado por don Renán que ya no hay ambulantes, pero basta con dar un rol en la Plaza Grande para ver un montón de comerciantes vendiendo todos los artículos patrióticos: banderitas, cornetas, sombreros y demás cosas cien por ciento mexicanas, hechos en China, pero que son cien por ciento mexicanos. 

Uno que pegó el grito es el panista Carlos Manuel Treviño Núñez, de Querétaro: resulta que se llevaría al cabo la presentación del futbolista y astro brasileño Ronaldinho, y por lo consiguiente el tráfico estaba cargado, pues, ante el congestionamiento, el panista puso en su facebuke algo así: “En serio trato de ser tolerante, pero DETESTO EL FÚTBOL, y el fenómeno idiotizante que produce...

Lo detesto aún más porque la gente estorba e inunda las avenidas para hacer que tarde dos horas para llegar a casa... Y todo para ver a un SIMIO... Brasileño, pero simio aún. Esto ya es un circo ridículo”. Y ese señor fue secretario de Desarrollo Social en el periodo 2006-2009 en Querétaro, qué PEÑA que todavía exista gente tan ignorante y retrógrada, ojalá que se tomen medidas, que no sean las mías porque mare va a tardar, jajaja. 

Otro grito lo están dando todos los que agarraron fuerte el pirixoll durante los dos días que duraron las fiestas, porque deben de tener una cruda de campeonato, no dicho como si fuera de alto pedorraje. Qué mal la están pasando todos aquellos que tienen sobrecalentamiento corporal.

Pero el último grito que vamos a dar los mexicanos, sin duda alguna, es el grito que dura todo el año y se repite cada dos meses, y díganme si alguien no grita cada vez que llega su recibo de luz, mare, a ese paso, nos vamos a volver románticos, todos a obscuras, jejeje.