Maratón de teatro para niños

Solemos criticarlos por su embobamiento con la televisión o los videojuegos, pero poco hacemos para ofrecerles otras opciones.

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El 23 de marzo se llevó a cabo el “VI Gran Maratón de teatro para niños”. A iniciativa de la Coordinación Nacional de Teatro, todos los espacios del Centro Cultural del Bosque abrieron sus puertas a chicos y grandes. Los espectadores tuvieron entrada libre a 16 espectáculos dirigidos a las niñas y los niños.

Un verdadero fenómeno las largas filas, los vehículos familiares e incluso camiones rentados llenos de gente para ir al teatro. Con la asistencia de seis mil espectadores, el gran maratón de teatro para niños es un éxito total, por la asistencia familiar y por la variedad de obras y temáticas.

Evidentemente es necesaria una coordinación logística precisa para calendarizar ensayos, entradas y salidas a los foros, necesidades de los grupos y un sinfín de etcéteras. En ese sentido siempre he admirado la enorme experiencia de la gente del INBA, pues suele pasar en los eventos majestuosos que a la vista del público todo funciona, pero al interior hay desencuentros y molestias.

Por fortuna y gracias a la afilada organización de la coordinación nacional y David Castillo, el evento se disfruta por igual como público y como participante.

Gracias a la invitación del Programa Nacional de Teatro Escolar y Mónica Juárez, tuve el gusto de observar la majestuosidad de este evento y participar con mi obra más reciente: “Memorias de dos hijos caracol”, coescrita con Antonio Zúñiga. Un texto sobre la identidad regional y sexual, que pronto estará en temporada en la ciudad de México.

Es importante puntualizar la importancia de llevar a los niños al teatro, porque estamos permitiéndoles atisbar a diferentes universos y lenguajes y generando espacios de formación de públicos. Los niños que van al teatro y ven espectáculos que reten su imaginación y creatividad, seguramente volverán.

Solemos criticarlos por su embobamiento con la televisión o los videojuegos, pero poco hacemos para ofrecerles otras opciones.  Mientras más acerquemos a los niños y jóvenes al arte, más distancia construyen de la violencia. Se acerca ya el mes del niño y con ello la mercadotecnia hará lo suyo.

Llevemos a los niños al teatro, esa ventana mágica donde pueden respirar otros universos y aprender desde un discurso construido para sus sentidos.

“Usted dice: ¡Es difícil tratar a los niños! Y añade: ¡Porque hay que bajarse, doblarse, ponerse a su nivel! Pero se equivoca, es precisamente lo contrario lo que más cansa: estirarse, alargarse, ponerse de puntitas para no herirlos.

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