Marchando con la música

Desde las bandas de guerra, que marcan con toques militares la marcha de las tropas, la música ha sido parte importante en las fuerzas armadas.

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Mientras civiles discuten la Ley de Seguridad Interior para regular (acotar es lo correcto) la participación del Ejército y la Armada en tareas de seguridad pública, déjenme contarles de uno de los lados amables poco conocidos de las fuerzas armadas mexicanas: la música.

Lo traigo a colación por el "flashmob" que realizó el pasado 24 de febrero, en Plaza Galerías, la Banda Sinfónica de la X Región Militar y que sorprendió gratamente a los asistentes, que disfrutaron de unos minutos de buena música. Este espectáculo ha sido replicado en varias ciudades del país por bandas de música de las distintas Regiones Militares.

Desde las bandas de guerra, que marcan con toques militares la marcha de las tropas, la música es parte importante de la vida castrense. De hecho, siempre ha habido cantos e instrumentos para marcar el ritmo de la marcha militar y dar órdenes en el campo de batalla y en los cuarteles, ya sea para organizar a las tropas o para atemorizar al enemigo. Las bocinas que tocaban las legiones romanas son un ejemplo del uso intimidatorio de la música militar.i

Luego se pusieron de moda las marchas militares al incorporarse a los desfiles las bandas de música de los ejércitos. En México, ponen el toque alegre antes, durante y después del desfile, interpretando melodías de lo más representativo de la música popular mexicana, entre huapangos, sones jarochos y tapatíos, así como danzones.

Recordemos que en septiembre de 2015, una banda musical y grupo de bailarines regionales, integrado por 96 elementos del Ejército, Fuerza Aérea y Armada participaron en el Octavo Festival Internacional de Música Torre Spasskaya, en Moscú, Rusia, dejando una grata impresión.

La música en la Armada de México tiene su punto culminante en la segunda mitad del siglo XX, con la Banda Sinfónica de la Secretaría de Marina, fundada el 15 de mayo de 1941 por el contralmirante Estanislao García Espinoza, que incluso grabó varios discos que son parte de la iconografía musical de la Semar. Luego surgieron, tanto en la Marina como en el Ejército, tríos, grupos musicales, jaraneros, mariachis, coros y, por supuesto, las orquestas sinfónicas.

Por lo general, quienes integran las bandas de música y las orquestas sinfónicas son concertistas egresados de conservatorios y escuelas de música; los grupos y coros se forman con personal masculino y femenino de los cuerpos y servicios de la Sedena y Semar.

Robo a la escritora y dramaturga yucateca Conchi León el siguiente pensamiento para cerrar mi comentario: "La música es un extraordinario medio para conmover al otro, para acercarlo a lugares donde la memoria repite su eco una y otra vez". Esto lo saben los soldados y marinos. 

Anexo "1"

Con la música por dentro

Durante nuestra travesía en la Armada conocimos varios compañeros que, como dice el dicho, "no cantaban mal las rancheras" ni dejaban pasar la oportunidad de demostrar sus habilidades musicales en algún "viernes social" o evento que congregaba a las huestes navales.

De mis tiempos recuerdo al hoy retirado teniente de corbeta de Infantería de Marina, Leonardo González Victorio, quien no solo declamaba y cantaba (bien afinado, por cierto), sino también tocaba prácticamente cualquier instrumento "de oidas". Por aquellos años 70 en que coincidimos en Comim-4, era comandante de la banda de guerra e imponía por su físico y altura de casi dos metros. Un gran amigo con el que aún mantenemos comunicación. 

Otra compañera aficionada a la cantada, acompañada de su guitarra, es la teniente de Intendencia Naval, María Aglayde Morales, también ya en retiro, que aún cultiva su afición allá en su natal Chetumal, donde coincidimos en la XI Zona Naval hace un par de décadas.

Finalmente, recordamos a Francisco Cilias González, teniente de navío de Infantería de Marina, quien llevó su afición a la música al plano profesional, pues allá en el puerto de Veracruz, donde radica, ameniza eventos como "La Solución Tropical Cilias". Además, su esposa Graciela Peralta, también teniente de navío retirada, le acompaña y cantan a dúo o como solistas, y han grabado varios discos.

Como ven, muchos marinos traen "la música por dentro".

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