La marea roja en Yucatán

La marea roja provoca la reducción del oxígeno en el agua ocasionando la muerte de fauna marina por falta de oxigenación; aunque suene ilógico, los peces y demás especies mueren ahogados.

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En temporadas de intenso calor, en los mares se genera un efecto algar denominado marea roja, situación ambiental que afecta a la economía de las comunidades costeras.  

La generación de florecimientos tóxicos es causada por sustancias que producen que las microalgas (fitoplancton) crezcan o se desarrollen cuando asimilan sustancias químicas disueltas en el agua; las microalgas constituyen el principal grupo de productores primarios en el medio marino. Bajo determinadas condiciones ambientales, se puede generar un elevado crecimiento de estos microorganismos que llegan a alcanzar muy altas concentraciones, las cuales producen un cambio en la coloración del agua con tonos rojizos o cafés, efecto por el cual se le llama marea roja. Estos eventos no son directamente dañinos para la salud humana, pero sí dañan  a la flora y a la fauna marinas y crean desconfianza entre los pescadores.

Algunos de estos florecimientos, dependiendo de la especie que los produzca, pueden ser tóxicos o nocivos. Según investigaciones del Cinvestav en Yucatán, estos eventos tienen cierta frecuencia y presentan una cobertura espacial de miles de kilómetros cuadrados y con duración de varias semanas, provocando una mortandad de peces, crustáceos y moluscos que logra impactar en las pequeñas pesquerías y en el turismo, por la reducción en la calidad del agua de nuestras playas.

La marea roja provoca la reducción del oxígeno en el agua ocasionando la muerte de fauna marina por falta de oxigenación; aunque suene ilógico, los peces y demás especies mueren ahogados. 

Eventos críticos en Yucatán por la presencia de la marea roja se tuvieron en 2001, 2003 y 2008, años en los que hubo pérdidas de más de 100 millones de pesos. La variabilidad de las condiciones hidrológicas que se ha registrado en la costa del Estado es producto de las aportaciones de agua de la zona sur de Cabo Catoche y el Golfo de México, por efecto de los llamados nortes, de los manantiales en los extremos del anillo de cenotes y de las aguas residuales de los puertos, pues  favorecen una alta diversidad de fitoplancton, en especial de las especies causantes del llamado HAB (Harmful Algal Blooms).

Debo reconocer  que el investigador que más ha aportado para el estudio y atención de este fenómeno es el doctor Jorge Herrera Silveira, quien ha encabezado los monitoreos del fenómeno desde hace más 15 años en la costa yucateca.

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