Jorge Semprún escribió que, para nuestro azoro, el infierno tiene graduaciones, diversos círculos.

“Alguien” subió a You Tube un video admirable, por perfecto. En un descampado de Nuevo León, soldados del Ejército acaban de enfrentar y matar a presuntos criminales. Los soldados comienzan a grabar.

Sin romper el plano secuencia, la cámara descubre a una niña tirada boca abajo, mal herida. “¿Me escuchas, chava?”, le dice con suavidad un soldado. “Te estás muriendo”. La joven musita que le duele la espalda. Los soldados piden un médico. Otra voz dice en off: “Tenemos a una muchacha que nos estaba disparando, está muy grave, como que ya se va a morir, estamos tomando video”.

Dos soldados con guantes profilácticos levantan con cuidado extremo la sudadera azul de la niña. Encuentran tres hoyos en la espalda, uno de 15 centímetros de diámetro. “No te duermas, no te duermas, ok”, le dice uno, paternal, mientras la venda. La voz en off clama por un médico.

La niña balbucea que es Mariela, de 15 años, de Salinas. “No te duermas, Mariela, ya viene el médico”, insiste el soldado. “Ya no puedo”, expira Mariela apenas moviendo los ojos.

Al minuto 12 aterriza un helicóptero. Nueve soldados impresionantemente armados bajan en paso rápido. Escribió John Berger que, desde el principio, la vida ha jugado con el absurdo. Y dado que el absurdo es dueño de la baraja y el casino, la vida no puede hacer otra cosa que perder.

Son hechos de febrero de 2012, pero se volvieron virales hace 10 días. ¿Quién en el Ejército mexicano entregó este video que terminan aprovechando sitios como tierradelnarco.com? ¿Quién es ese “alguien”?