La mariguana es un producto sujeto a la ley de la oferta y la demanda. El hecho de que su legislación sea incierta y no se especifiquen factores de producción y venta no le libera la etiqueta de un bien de consumo. 

De ahí que Felipe Calderón presentó ante el Congreso una propuesta para despenalizar la posesión de algunas drogas en pequeñas cantidades y últimamente dos legisladores del Partido de la Revolución Democrática presentaron a la Cámara de Diputados la propuesta de Ley General para el Control de Cannabis, Atención de Adicciones y Rehabilitación

Pero entre otros asunto que hay que discutir está la calidad de mariguana se vende en el país. ¿Contiene pesticidas, sustancias tóxicas, carcinogénicas, micotoxinas? ¿Qué instancia del sector salud ha hecho muestreos para advertir a la población al respecto? No de su efecto o ventajas medicinales exclusivamente, porque mientras que Colorado, Washington, California, Holanda y Canadá disfrutan material hidropónico y orgánico, los 1.5 millones de  usuarios nacionales se enfrentan al abuso y desconocimiento de lo que consumen porque, como es ilegal, a nadie le importa. 

La iniciativa de Vicente Fox de hacer el simposio internacional para revisar y debatir el tema de la de la marihuana a realizarse este fin de semana en el Centro Fox es un ejemplo de cómo tomar en serio el asunto y darle la importancia que merece. 

Al evento asistirán expertos y autoridades de varios países que ya sostienen un debate público responsable para ofrecer información madura al nivel que la población exige.  Ya después se decidirá que hacer dentro de un marco normativo, si es el caso.

Mexicanamente, ante propuestas como ésta, algunos periodistas y políticos se exhiben grotescamente, protegidos en su concha, haciendo mofa del expresidente, descalificando a priori para hacer su nota del día. Cada quien tiene derecho a opinar, incluso sin madurez. 

Si pareciera que nadie del gobierno e iniciativa privada se toman la molestia de interesarse en este asunto en México con la seriedad que conlleva, ¿por qué atacar simplonamente al que sí lo hace?

Ya sabemos qué pasa cuando nuestro vecino del norte ajusta las cosas a su moral y conveniencia y cambia la jugada por su cuenta. Tenemos la obligación de estar informados. No nos quedemos como el chinito…  Vaya biem.