¿Marisela es una reina o una ratera?

Mostrar que Marisela ordenó o consintió compras fraudulentas para enriquecerse o dejar que los suyos lo hicieran.

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El 17 de mayo, el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, designó cónsul de México en Milán a la exprocuradora general de la República Marisela Morales. Al nombrarla, dijo no tener conocimiento de la existencia de denuncia alguna contra ella.

Pero el 17 de junio llegó a los medios una información que parece provenir de un solo lugar posible, la PGR, con un contenido palpable: mostrar que Marisela ordenó o consintió compras fraudulentas para enriquecerse o dejar que los suyos lo hicieran.

Todo indica que una mano de la PGR deslizó a la prensa el reporte presentado al Órgano Interno de Control de la dependencia sobre la compra de 17 sistemas de desarrollo tecnológico en los últimos cinco meses de gestión de Marisela. Según esto, 14 de esos 17 sistemas no operan, y uno, un administrador de datos, tiene un sobreprecio de escándalo.

Para redondear el asunto, el proveedor (La Red Corporativo) es una empresa desfalleciente que se habría sacado la lotería con esas adquisiciones. Es decir, parece corrupción, camina como corrupción, huele a corrupción. Entonces, hay que filtrarlo.

Si no fue el procurador, ¿qué porcentaje de la PGR controla hoy Jesús Murillo Karam? Si Murillo Karam estuvo a cargo, ¿no se lo comentó siquiera al jefe de Marisela, Enrique Peña Nieto? Si el Presidente de la República confía en el procurador y la PGR, ¿debe mantener en Milán a alguien tan sospechoso en lo que se averigua qué pasó?

Porque puestas así las cosas, más de uno preguntará: ¿Marisela es una reina calumniada que merece las mieles de la diplomacia en Europa, o es una ratera?

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