'Marius' y el dilema de los zoológicos

La muerte del animal invita a una reflexión más grande. ¿Qué hacer con estos lugares? ¿Son necesarios?.

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El sacrificio de la jirafa Marius en el zoológico de Copenhague provocó una indignación generalizada y enteramente justificada. Toda la escena resulta deplorable. Pero la muerte del animal invita a una reflexión más grande. ¿Qué hacer con los zoológicos? ¿Son necesarios? ¿Hay alguna manera de hacerlos éticamente aceptables? Durante la semana platiqué con el doctor Peter Singer, el experto en bioética más destacado del mundo, considerado por muchos como el padre de los derechos de los animales.

LK. —En general, ¿cuál es su opinión de los zoológicos?

PS. —Desde el principio fue un error sacar a los animales de su hábitat silvestre y natural para ponerlos en zoológicos. Los zoológicos fueron instituidos desde la actitud ética equivocada hacia los animales. Pero eso no responde la pregunta de qué hacemos con los zoológicos ahora que ya los tenemos. Muchos de estos animales simplemente ya no pueden ser devueltos a la vida silvestre, ya sea porque su hábitat original ha sido destruido o porque han perdido la capacidad social de integrarse a la vida silvestre, dado que han sido criados en cautiverio y nunca aprendieron cómo adaptarse a la vida en libertad. Así que no hay nada que se pueda hacer con esos animales. Dada esa circunstancia, tenemos que intentar tratarlos de la manera más ética posible.

LK. —¿Es posible que un zoológico sea éticamente aceptable?

PS. —Depende mucho de a qué nos referimos cuando hablamos de un zoológico. Como he dicho, no podemos deshacernos de estos animales. Así que lo que debemos hacer es preguntarnos cómo podemos darles las mejores condiciones de vida. No debemos preguntarnos cómo construir las mejores instalaciones para exhibirlos para los visitantes que van a verlos. Si un zoológico dice que su prioridad es construir un hábitat ideal para los animales y luego, incidentalmente, permitir el acceso, entonces los visitantes que quieran observar a los animales los verán vivir una vida digna, una vida respetuosa. Y podrán verlos comportarse de una manera mucho más natural de la que se ve en muchos de los zoológicos que existen ahora. Eso sería
un zoológico ético.

LK. —¿Qué le diría a los que insisten que los zoológicos son herramientas para educar a los niños?

PS.- Tenemos el internet ahora, por si algunas personas no se han dado cuenta. Ahí hay una enorme cantidad de información, videos y todo tipo de materiales educativos para aprender sobre los animales. Uno puede ver todo ese material y entender realmente cómo es que los animales se comportan en libertad. Y creo que eso es mucho más didáctico. Además es mucho más probable que eso produzca en nuestros niños una actitud más respetuosa hacia la naturaleza y los animales.

LK. —¿Y que hay del argumento de que los zoológicos son fundamentales para la conservación?

PS. —En efecto, tenemos un problema: hemos destruido hábitats y matado animales hasta casi extinguirlos. Por eso, en aquellos casos en los que hay  animales que sobreviven solo en condiciones de cautiverio y la posibilidad de reintroducirlos a la vida silvestre es cercana a cero, debemos mantenerlos en cautiverio y enfocarnos en proveerles del mejor hábitat posible.

LK. —Entonces, ¿qué debe ocurrir con los miles de zoológicos que ya existen? ¿Qué debe pasar con esos animales? ¿Es posible acabar con el negocio de los zoológicos?

PS. —Indudablemente debemos reducir el número de zoológicos. Solo en Estados Unidos hay 230 zoológicos acreditados, pero eso no toma en cuenta la gran cantidad de zoológicos privados donde las condiciones son mucho peores. Por eso debemos adoptar lineamientos más estrictos y cerrar todos los zoológicos que no cumplan con esos requisitos. Debemos tener un sistema de acreditación y si un zoológico no cumple, se acabó el negocio.

LK. —¿Qué le ha parecido la historia de la jirafa en el zoológico de Dinamarca?

PS. —No me sorprendió en lo más mínimo porque es consistente con la manera como los zoológicos del mundo tratan a sus animales. Dinamarca es uno de los países que en general tienen estándares de ética altos, así que si un zoológico en Copenhague hace eso con una jirafa, podemos estar seguros que otros zoológicos tienen actitudes similares o seguramente peores. Lo otro que diría es esto: me pregunto si toda esa gente que protestaba por lo ocurrido luego iba a casa a cenar cerdos, pollos o vacas asesinadas. Porque si eso hicieron me pregunto cómo pueden realmente objetar lo que hizo el zoológico cuando en realidad comparten la misma actitud. Están diciendo que los animales son solo objetos a los que matamos a conveniencia. Porque hay que decir que no necesitamos comer cerdos o vacas: podemos mantener una perfecta salud sin ellos. ¿Entonces por qué lo hacemos? En realidad el zoológico está diciendo lo mismo: “no necesitamos esta jirafa en particular, así que matémosla y alimentemos a los leones ”. Lo que demuestra la reacción al asesinato de la jirafa es una suerte de esquizofrenia sobre estos animales silvestres tan carismáticos como la jirafa y los cerdos y vacas que la gente se come todos los días. Las vacas y los cerdos cuentan exactamente igual. Sufren lo mismo, son tan inteligentes y tienen vidas emocionales igualmente importantes como la jirafa. Yo no veo diferencia alguna.

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