Más que un pleito de partido

Veinticuatro de los 38 senadores del PAN desairaron ayer a su líder nacional Gustavo Madero...

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Veinticuatro de los 38 senadores del PAN desairaron ayer a su líder nacional Gustavo Madero, que había convocado para las horas de la tarde a los legisladores para comunicarles personalmente la remoción de Ernesto Cordero como coordinador de la bancada de Acción Nacional en el Senado de la República.

Cordero, alineado del lado del calderonismo,  acusa a Madero de ser demasiado condescendiente con el gobierno de Peña Nieto,  a lo que panistas que están de lado de Madero responden que la participación del PAN en el Pacto por México no fue una decisión unipersonal sino institucional que fue votada por el CEN y ratificada por el Consejo Nacional.

Critican al calderonista  Cordero en el sentido de que no se puede tener un  coordinador que no sepa trabajar institucionalmente y que use su posición de partido con visión de grupo político.

Se sabe que la dirigencia maderista del PAN invitó a sus senadores a ser parte del grupo de trabajo para redactar la iniciativa de reforma político-electoral, pero los calderonistas desdeñaron esa invitación y, en cambio, al margen de la dirigencia maderista de su partido, los senadores calderonistas presentaron su propia iniciativa.

A todo esto, el pasado domingo 19 de mayo, Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita, la esposa del ex presidente Calderón, escribió en Milenio: “Atrás de la amenaza de Gustavo Madero de quitar a Ernesto Cordero de la coordinación de los panistas en el Senado hay mucho más que una simple molestia. No solamente es una lucha por el poder, es una lucha por el rumbo del partido, por la forma en que debe comportarse ante el gobierno y por recuperar un poco de la dignidad partidista que Madero ha pisoteado con sus elogios desmedidos, y hasta cursis, que le lanza cada que puede al presidente Peña Nieto”.

Y añade: “Para nadie es una novedad que el PAN está fracturado, que estamos enfrentados y que la directiva nacional no ha sido capaz de lograr la unidad en el partido. Al contrario, su entreguismo ramplón y sin medida ahonda la división y la preocupación por el rumbo que toma el partido. Eso molesta a muchos panistas. No es el Pacto por México, que ha dado resultados y cuyas reformas han sido enriquecidas gracias a la labor, precisamente, de los senadores de la oposición. La molestia es por la falta de discusión, de prioridades, incluso de una agenda propia del partido. Es por la forma ventajosa para el gobierno en que se negoció y por el lastimoso papel que hace el líder del partido como comparsa del priismo”. Hasta aquí la cita del artículo que continúa.

Aquí existe un problema muy serio. No se circunscribe a un problema interno de partido, sino a una circunstancia que dificulta la continuación de la marcha del Pacto por México, pues representa una dificultad para el presidente Peña respecto de con quién negociar: con el dirigente del partido o con los legisladores que tienen los votos para aprobar las reformas que necesitan impulsar la marcha del país. (Lea más de este y otros temas en http://www.enbocaspalabras.com.mx/).

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