De acuerdo con los datos de la Encuesta Intercensal levantada en 2015 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), 575,700 personas de tres años y más (de una población de 2.097,175) declararon hablar maya en Yucatán, es decir casi una tercera parte (29.0%). La cifra es ligeramente superior en los hombres (15.0%), ya que las mujeres suman (14.0%). Poco más de 27,000 (4.8%) sólo se comunica en maya. 

Yucatán solo es superado por el estado de Oaxaca con el 32.2% de hablantes de lenguas indígenas. Si comparamos estas cifras con las registradas en el Censo de Población de 2010 (544,927), observamos en Yucatán un incremento de mayahablantes en términos absolutos, pero un decremento en términos porcentuales (31.7%).

La Encuesta también revela que la maya sigue siendo la segunda lengua indígena más hablada (11.6%) en México, sólo superada por el náhuatl (23.4), hablado en diversos estados del centro del país y del que se identifican más de 25 variantes dialectales, de modo que no se entienden unos con otros.

También resulta relevante que el 65.4% de la población que vive en Yucatán se autorreconoció como indígena maya (2.7% más con respecto al Censo de 2010). La presencia de otros inmigrantes indígenas es muy baja.

En el rubro de autorreconocimiento, Yucatán sólo es superado por Oaxaca. En tercero y segundo lugar figuran Campeche (44.5) y Quintana Roo (44.4). Eso significa que más de 6 de cada 10 yucatecos y más de 4 campechanos y poco más de 4 quintanarroenses manifestaron orgullosamente su identidad maya. 

La pregunta formulada en la Encuesta Intercensal 2015 fue la siguiente ¿De acuerdo con su cultura [maya] se considera indígena?

Aunque es notable la pérdida porcentual de hablantes de maya en la península yucateca, el indicador de autoadscripción o sentimiento de identidad y pertenencia se mantiene relativamente alto. Llama la atención que a pesar de los procesos de globalización económica y cultural, una parte importante de la población declaró con orgullo su origen maya y su aprecio por la cultura.

Esta situación también nos hace suponer una recuperación-fortalecimiento de la identidad o una reemergencia del grupo maya peninsular como reacción para sobrevivir a los procesos de globalización que favorecen una uniformidad cultural, universal y contraria a la pertenencia regional, a la tradición y a la memoria colectiva.