Memorable 6 de enero

Casi cinco centurias han pasado desde que se estableció la fecha que marca la fundación de Mérida.

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El 6 de enero para los moradores de este rincón del Mayab es una fecha especial, toda vez que  convergen conmemoraciones de tipo civil, como lo es el 475 aniversario de esta ciudad antaño de palmeras y veletas; profesionalmente hablando, aprovechamos reconocer el espíritu de servicio que caracteriza a las enfermeras, y finalmente, y no por ello menos importante, recordamos religiosamente el arribo de los Reyes Magos para venerar al niño Jesús. Reflexionemos sobre la tercia de ases. 

Casi cinco centurias han pasado desde que se estableció la fecha que marca la fundación  de Mérida. Esta ciudad que con orgullo ha sido reconocida por su cultura, tradición culinaria y fructífera cuna de  juristas y médicos, que con revolucionaria visión y ético actuar han dado elementos de valor, en leyes y avances científicos.  Pero incuestionablemente lo más valioso que tiene este diamante del sureste es su gente: ¡Mérida quien te conozca no te olvidará jamás!

Y cómo pasar por alto al indivisible brazo derecho del médico, la enfermera(o). Sí, aquellas(os) que cristalizan y concretan el conocimiento científico a través del cumplimiento de indicaciones redactadas. Profesionistas que con calor humano te dan la mano y  escuchan, a pesar de su carga laboral. Aquellas que siempre te apoyan en la adversidad y ríen satisfechas cuando por  mejoría abandonas el hospital. Las que se detienen una y mil veces cada vez que las llamas, las que atienden y alivian tu cuerpo y en sumadas ocasiones te acarician el alma.

Destaco su titánica labor, pues a pesar de los oídos sordos y poco interés de nuestras autoridades nacionales de salud por alcanzar las exigencias impuestas por OCDE, OMS y OPS, cuando de suficiencia hablamos: 3.9 contra 8.3 por mil habitantes, no claudican.

Nuestro reconocimiento a su labor allende raza, sexo, edad o ideología. Su inmaculado atuendo es sinónimo de trabajo eficiente y respeto al doliente. La británica F. Nightingale (1820-1910), la madre de la enfermería moderna, nunca imaginó la trascendencia de su  misión: “Conservar la energía vital del paciente”.

A propósito dejé de último el pasaje bíblico de los Magos, que gira en torno a la adoración al Niño Jesús (Mt 2, 1-12) por hombres sabios, símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el Salvador. Tampoco puedo dejar pasar lo que representa este día para muchos niños de México: felicidad, esperanza y unión familiar. Sólo me queda desearles un excelente inicio de año con actitud positiva y sumando esfuerzos.

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