Mérida cool

Creo que los festivales deberían dar espacio a las figuras emblemáticas del estado, hacerlas a un lado, omitirlas y programar sin una visión incluyente y equilibrada es mostrar no sólo una mirada partidista, sino también ignorante.

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La programación de los festivales locales siempre será tela de juicio; que si el Festival de la Cultura Maya tuvo un trato preferencial con los artistas de fuera y a los locales los programaron en colonias, bajo condiciones paupérrimas, que si tal o cual festival aún no paga. Creo que a estos cuestionamientos se une el hecho de que una mirada torpe y limitada no será consciente de que una mala programación también generará discordia y distanciamiento entre la comunidad artística, pues el artista que no está incluido puede cuestionar por qué su colega sí está, o si tiene menos o igual trayectoria que el que no se ve programado.

Esto viene a cuento porque he leído en las redes sociales varias quejas sobre ciertos festivales, el último sobre el “Mérida Fest”. (Oh my god in english is better!) La nota la daba Angélica Balado, reconocida e importantísima cantautora yucateca; no la invitaron a participar en el festival y ella considera que por su lugar en la historia de nuestra cultura -lugar que se ha ganado a pulso, picando piedras para ser quien es- deberían dárselo.

Yo considero lo mismo, creo que los festivales deberían dar espacio a las figuras emblemáticas del estado, hacerlas a un lado, omitirlas y programar sin una visión incluyente y equilibrada es mostrar no sólo una mirada partidista, sino también ignorante. Evidentemente la que escribe no está ni estará programada en ese festival. Creí que se trataba de algo personal, pero al indagar un poco, descubro que somos varios los omitidos en los programas culturales del Ayuntamiento.

Sé también que los criterios de programación del Olimpo son poco claros, hay grupos que sólo cobran la taquilla y hay otros, como el de Óscar López -quien incluso ha recibido quejas del público por una de sus puestas en escena pues a decir de la madre de familia que se quejó, la obra tiene una enorme carga de violencia gratuita y no es correcta para los niños- que recibe un apoyo económico aparte de la taquilla, no así Andrea Herrera que evidentemente tiene una trayectoria mucho más importante y reconocida que la de Óscar y que no recibe dicho apoyo económico. Entonces, o todos hijos o todos entenados.

Llenar los festivales, como llenar numeritos, como programar refritos o espectáculos sin clasificación sólo genera la presencia de la masa que se mueve para comer gratis, no importa si es basura o si es cultura. Lo peor es que a los encargados de cultura -al menos los del Ayuntamiento- no les interesa en lo más mínimo, ellos se conformarán con extender sus cifras chabacanas para apantallar al que se deje.

“Al público lo que pida”. No lo creo, estoy más bien a favor de enseñarle a pedir. Habrá que limpiarse los lentes o aceptar que la miopía que sufren no sólo afecta a su vista, sino también a su desarrollo como funcionarios públicos. Seguro los programados y los que son pagados doble a pesar de hacer chatarra dirán que mi nota no es justa, pero al ver  la cartelera cultural del Ayuntamiento reafirmo: su programación amiguista excluye, omite a los importantes y en definitiva está programada por los miopes de la cultura.

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