Mérida y sus pavimentos
Es importante que el diseño del pavimento incremente el confort y disminuya los efectos en la estructura ósea de personas con algún problema.
Mérida está en proceso de entrar a una afortunada renovación del pavimento en varias de sus vías principales; sin embargo, después de ver los trabajos en las calles que rodean a nuestra Plaza Principal, es oportuno evaluar sus resultados y sus condiciones de seguridad. Es sabido que los pavimentos de concreto, que son acabados mediante la técnica del estampado, constituyen una alternativa sencilla e interesante para utilizarse en espacios que requieren acabados decorativos, como parques, vías peatonales, andenes y paraderos, mas no en la superficie de rodamiento.
Cuando se habla de pavimento pensamos en el espacio por el que circulan los vehículos, pero no es sólo eso; es la parte exterior y visible de la vialidad, sobre la que concurren distintos usos, como el tránsito peatonal y de vehículos. Según la utilización que hagamos de las texturas y de las dimensiones, y de otros elementos urbanos, estableceremos diferentes modos de apropiación y de uso del espacio público.
A través del diseño adecuado del piso urbano y del pavimento que lo cubrirá es posible asegurar un tránsito seguro y confortable. En función de las características del pavimento es posible minimizar los riesgos de caídas por resbalones o tropiezos, y en el caso de caídas, si el pavimento tiene capacidad de amortiguamiento, puede reducir las consecuencias. El uso de diferentes materiales o texturas permite la adecuada definición de los límites entre zonas peatonales y de vehículos, en los que existen riesgos para el peatón, a fin de minimizar la posibilidad de contactos imprevistos.
Es importante que el diseño del pavimento incremente el confort y la seguridad de uso de los espacios; el concreto estampado, además de ruidoso, produce un mayor desgaste de diferentes elementos de los vehículos, así como efectos en la estructura ósea de personas con algún tipo de problema, condiciones y riesgos que deben informarse claramente a los usuarios. Determinados grupos, como las personas mayores o las personas con discapacidad, preferirán evitar algunos espacios, si no se sienten seguros o perciben los riesgos o limitaciones en el uso de ese espacio. Lo cierto es que no hay material bueno o malo, sino bien usado o mal usado.