México, un país que no existe

La falta de definición clara y legal hace que en otros lares, por ejemplo en España, se diga que este país se llama Méjico y nosotros mejicanos.

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Hay una discusión en curso –y aún no saldada- en torno a la denominación del país. Según la Constitución su nombre es Estados Unidos Mexicanos  y no México como todos lo conocemos aquí y más allá de aquí (sus habitantes tendríamos que decirnos estadosunidosmexicaneses o algo parecido). Una de las últimas propuestas que el felizmente ido Felipe Calderón hizo en las postrimerías de su gobierno fue plantear al Congreso el cambio de nombre de la nación mexicana (en España dirían mejicana), pero se archivó y en ese estatus sigue.

Yo creo –sin ánimo de dar línea a nuestros diputados y senadores- que se debería retomar el análisis de la propuesta ahora que los ímpetus reformadores están a tope y por una sencilla razón: vivimos en la dicotomía y quizá hasta en la ilegalidad, porque cuando hacemos un contrato –por poner un ejemplo- en el cual se nos pide nuestra nacionalidad, escribimos mexicana y en rigor no debería ser así porque el país México  no existe legalmente –aunque no hay un gentilicio derivado del verdadero nombre-, es un apodo que le hemos puesto, como a los José se les dice Pepe.

Además, en la raíz histórica y en el sustrato etimológico encontramos razones más que suficientes para insistir en que se debe llamar México (inclusive debería ser Mexico, sin acento porque en el náhuatl, de donde proviene la palabra, no hay esdrújulas). Quizá a muchos nos caiga mal y nos reviente el hígado el tufo centralista de la denominación porque lo que sería México es una región nada más, donde vivían los aztecas, quienes se llamaban a sí mismos mexicas, pero la terca realidad se impone.

La falta de definición clara y legal hace que en otros lares, por ejemplo en España, se diga que este país se llama Méjico y nosotros mejicanos, aunque ya en el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE nos hayan hecho la graciosa concesión de decir que se prefiera México y mexicanos porque así lo escribimos aquí. Ay más buenos, diría una querida amiga.

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