La mirada infinita

Fernando Moguel fue conocido por su amplia participación en festivales, montó más de 20 exposiciones en México y Europa y colaboró por varios años en la Muestra Nacional de Teatro, en donde dio vida al teatro nacional.

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En estos andares del teatro, me he encontrado con talentosos colegas que en algún momento decidieron autoexiliarse de Yucatán, esto trajo consigo un desconocimiento total de su trabajo.

No importan los reconocimientos nacionales o internacionales, en el Estado siguen siendo prácticamente desconocidos.  Uno de ellos fue el fotógrafo y promotor teatral Fernando Moguel, recientemente fallecido luego de una larga batalla contra el cáncer.

Fernando, a quien tuve el gusto de conocer en la Muestra Nacional de Teatro en San Luis Potosí, era un hombre amoroso, de sonrisa fácil y generoso abrazo.

Nace en Mérida, Yucatán, el 31 de marzo de 1952, y  se muda al D.F. desde muy joven. Su trabajo como fotógrafo fue reconocido con la medalla Xavier Villaurrutia, por treinta años de promocionar el arte dramático a través de sus fotografías.

“Fernando Moguel fue conocido por su amplia participación en festivales, montó más de 20 exposiciones en México y Europa y colaboró por varios años en la Muestra Nacional de Teatro, en donde a través de su lente dio vida al teatro nacional.

También fue colaborador de revistas como Tiempo Libre y Paso de Gato. En sus más de 30 años de trayectoria, Fernando Moguel creó un archivo histórico de artes escénicas recientes de más de cuatro mil obras de teatro, cada una de ellas clasificadas debidamente por autor, director, productor y fotógrafo”. 

Antes de morir, Fernando pidió a su familia que su cuerpo sea trasladado a Mérida. Nunca olvidó sus orígenes y la nostalgia por Yucatán, por su abuela, por las mestizas siempre estuvo en su corazón.

Cuando vio “Mestiza Power” intentó hablar de ello conmigo, pero las lágrimas le inundaron y prefirió retirarse. Siempre estuvo cerca de mi teatro, del teatro que hacemos todos; lo prueban las maravillosas imágenes que conforman su acervo.

Ojalá estas letras sirvan para que las autoridades locales conozcan un poco más el trabajo de este extraordinario yucateco y pronto tengamos una exposición que rinda homenaje a su obra.

Yucatán es un pueblo culto, el talento que crece bajo el cielo del Mayab es fértil y traspasa sus muros, es tiempo, buen tiempo para que las autoridades afinen la mirada y acompañen los caminos de los artistas que crecen más allá de la albarrada.

Querido Fernando, el homenaje a tu vida se lleva al cabo cada vez que recordamos tu sonrisa y las lágrimas alivian un poco tu ausencia. Tu mirada infinita nos hará falta en la escena nacional, en el corazón del teatro.

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