Mirar
Las palabras más hermosas jamás inventadas difícilmente podrían expresar lo que se expresa con una mirada.
Mirar es mucho más que simplemente ver, mirar es enviar a través de los ojos, señales que provienen desde lo más profundo del alma; mirar es abrazar, apretadamente, pero sin lastimar; mirar es un lazo que vincula, que une, que compromete; mirar es pasión, es deseo, es diálogo, es comunión y comunicación, es entender, admirar. Las palabras más hermosas jamás inventadas difícilmente podrían expresar lo que se expresa con una mirada.
El reconocido lingüista, filólogo, investigador y académico mexicano Lic. José Guadalupe Moreno de Alba PhD señala en su obra “Minucias del Lenguaje” que los verbos ver y mirar tienen, por su etimología, un contenido semántico diferente; es decir, que no son sinónimos. Apuntaba que ver alude a una determinada capacidad física, mientras que mirar es un acto consciente y deliberado. Solía decir que para ver basta tener los ojos bien abiertos, pero para mirar es indispensable ejercer en alguna medida la voluntad.
Asimismo, Saint Exupèry lo expresa magistralmente, y sin mencionar la palabra “mirar”, en el episodio en donde el zorro le dice al Principito: “He aquí mi secreto, que no puede ser más simple, sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”.
La mirada puede transmitir amor, pero también odio; alegría, pero también tristeza; furia, pero también calma. Una mirada sostenida ante el adversario envía un mensaje de dignidad e impone respeto. Mirar con atención y enfoque conduce a resultados positivos.
Hay que ver menos y mirar más, quien mira demuestra su interés, se conecta con el otro. Si hay reciprocidad, la mirada es exponencialmente más poderosa. Desconozco si existe un lugar donde se pueda aprender a mirar, debe existir una técnica, algunas claves o pistas que nos muestren el camino.
La mirada puede ser utilizada como herramienta de conquista, algunas veces es indicador de la veracidad o falsedad de una sentencia u oración cuando nos fijamos en la mirada de quien la expresa, puede evidenciar un estado de ánimo o revelar características particulares de la personalidad de alguien.
A mí me gusta mirar, comprender lo que miro, absorber e interiorizar lo que miro, me causa satisfacción mirar mis más preciados tesoros: a mi esposa, mis hijos, mis padres y mis hermanas, pero del mismo modo es también hermoso ser el objeto de una mirada, el receptor de esa descarga de energía que nos entusiasma y alegra.
No sé si prefieres mirar o recibir una mirada, probablemente lo correcto sería una buena y balanceada dosis de ambas; sin embargo, pienso que sería fantástico recibir con cierta frecuencia una mirada alegre, dulce y llena de admiración; no es que sea muy exigente, pero algo así más o menos como la mirada que hace unos días Ivanka le lanzó a Trudeau. ¿No te parece?