Mirar más allá de la apariencia

Uno de los aspectos más frustrantes de la vida es muchas veces no entender el comportamiento de las otras personas.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En el desierto los espejismos son ilusorios y los oasis son reales.-   Eckhart Tolle, escritor    
                
Es bueno mirar más allá de lo que se ve a simple vista. Esto es tener el sentido de la perspectiva, para no quedarnos en lo aparente. 

Cuando la pareja, hijos o algún amigo se comportan de mala manera, se puede intentar comprender que, debajo de ese comportamiento, hay una persona con alguna preocupación, frustración y miedo que le provocan esa conducta agresiva o desagradable; sin embargo, cuando está en esa actitud seguramente desea de verdad querernos y sentirse querido por nosotros. 

Uno de los aspectos más frustrantes de la vida es muchas veces no entender el comportamiento de las otras personas.

Acostumbramos centrarnos únicamente en el comportamiento aparentemente irracional de los otros, como comentarios, acciones y hasta su manera de vivir y aunque nadie nos haya nombrado jueces nos adjudicamos ese rol y pensamos: ¡qué mal están! Obviamente, esto es absurdo. 

No quiero decir que aceptemos la violencia o cualquier otro trato irrespetuoso para nuestra persona sino experimentar que, muchas veces, es mejor con el sólo hecho de tomar distancia y, en lugar de querer entender al otro, tratar de COMPRENDERLO, ya que debajo del comportamiento más fastidioso hay una persona que pide ser tomada en cuenta y ser querida. 

En realidad cuando aprendemos a ver las conductas irritantes desde esa perspectiva, dejan de afectarnos muchas cosas que antes nos molestaban. Intentemos buscar, cada vez que alguien actúe de una manera discordante y alterada, el verdadero motivo de su comportamiento y probablemente lo comprenderemos y conservaremos nuestro equilibrio emocional. 

Es cierto que existe la tentación de señalarles a las otras personas sus errores, cosas que podrían o deberían hacer o haber hecho de modo diferente, sin embargo, la razón de corregir o demostrar que nosotros estamos en lo correcto es muy arrogante porque nuestro ego cree que los otros  siempre están equivocados, que nosotros tenemos la razón, y que es por “su bien” y muchas veces los descalificamos y lastimamos. 

Tengamos claro que cada quien tiene sus propios tiempos en el proceso de la vida para aprender y ser mejor persona. Acompañémonos amorosamente en dicho proceso.  

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton