Mis apuntes del ITAM: la defensa de las minorías

La semana previa, pude asistir a un foro sobre la Reforma Fiscal 2014; fue en el Instituto...

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La semana previa, pude asistir a un foro sobre la Reforma Fiscal 2014; fue en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), con expositores de primerísima línea y, tocando todos los temas, desde los pequeños contribuyentes hasta la competitividad global del país.

Fueron ocho horas de descalificaciones para la reforma, todos los expositores yacieron lapidarios y no se presentaron argumentos a favor. Se trató de un foro parcial y carente de pluralidad, pero al fin grata experiencia, pues pude valorar la visión y razones de los empresarios y sus consultores.

La inconformidad, se basó en varios puntos: se está gravando el ingreso, lo que comprime la economía y afecta a todos los sectores; se castiga el ahorro y la inversión, lo que ahuyentará a los capitales; limitar las deducciones, es una agresión a la productividad; se eleva la carga administrativa a las empresas y; la reforma es inútil, pues no dará mayor recaudación al erario.

Me parece que tienen razón en las afectaciones que están sufriendo, pero no en las consecuencias que avizoran. Sin duda, los empresarios y profesionistas de ingresos elevados, son los más afectados por los cambios; y bueno, quizá tengan derecho a inconformarse y defenderse.

En contraste, algunos ponentes opinaron ideas importantes y necesarias, como eliminar los subsidios regresivos existentes; elevar la recaudación de ingresos propios en estados y municipios; ampliar el IVA para gravar a la enorme economía informal y; mejorar eficiencia y transparencia en el gasto público. Vaya, la receta óptima que ya se conoce y que nadie refuta.

También hubo un par de desfiguros, pues se dijo que era mejor seguir como estamos y vetar el déficit; y que se debe manejar macroeconómicamente el gasto de impacto social. Luego se agregó insensibilidad, arguyendo que la reforma se hacía meramente para lograr más programas sociales y política social, lo que tendría un costo. Y sí, sí lo tiene; y sí, les toca pagarlo a ellos.

En síntesis, se trató de una defensa a ultranza del mercado, del empresariado y de los profesionistas que perciben los mayores ingresos. Es destacable, que ni por casualidad o equívoco, se mencionaron la desigualdad y las carencias sociales, sólo el daño que sufría la generación de riqueza. Fue una defensa de las minorías, de la élite económica del país.

México es nación con 54 millones de pobres, 70 millones de personas sin acceso a seguridad social y, donde el 10% de la población más pobre, capta el 2% del ingreso disponible. La culpa y solución, no sólo corresponden a los altamente productivos, pero bueno, había que empezar por algún lado; y les tocó. 

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.

Comentarios por favor a: [email protected]   
Twitter: @oscar_ahp

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