Oleksandr Batychko, espigado, de 25 años, con típicos rasgos de la gente de Ucrania, y su menuda esposa Maryna Burakova, de 24, auténtica belleza de la Europa del Este, era un joven matrimonio aventurero, acostumbrado a visitar sitios exóticos. Y fue precisamente en una de esas aventuras, en Yucatán,  hace poco más de 3 años, donde  terminó su vida.

Viajaron al convulso país de Afganistán en 2010, a pesar de los peligros que encerraba estar en una nación en constante conflicto; también estuvieron en India, Pakistán, China, Laos y Tailandia durante su luna de miel, y en Egipto. Al parecer, la pareja era gente culta, interesada en la arqueología y con posibilidades económicas. En su país se dedicaba a organizar viajes de excursión a lugares exóticos.

De acuerdo con las pesquisas sobre este misterioso caso de doble asesinato, el malogrado matrimonio arribó a nuestro país –primera vez que lo hacían– el 26 de noviembre de 2012 para pasar el fin de año. El primer punto que tocaron fue la Ciudad de México y de ahí se trasladaron a Cancún y luego a Playa del Carmen, para enseguida viajar a Chiapas, donde visitaron Palenque, y luego regresaron a Quintana Roo y Yucatán para recorrer diversos puntos y zonas arqueológicas, incluidas Cobá, Tulum y Chichén Itzá.

El 30 de noviembre llegaron a Playa del Carmen. Esa misma fecha rentaron una casa pero dejaron Quintana Roo para ir a Chiapas. Volvieron el 23 de diciembre y se hospedaron en la misma zona de Solidaridad. El último contacto con sus familiares fue el 18 de diciembre, cuando Maryna se comunicó telefónicamente con su madre, Lyuda Burakova.

Al parecer fue el 27 de diciembre cuando salieron con rumbo a Yucatán; los ucranianos rentaron un vehículo Aveo, color rojo, placas de Q. Roo, en Playa del Carmen, en la arrendadora “Álamo”, del 25 al 30 de diciembre de 2012.

Las autoridades policiacas confirmaron en los videos de las casetas de Xcan y Pisté que ambos viajaban en el vehículo encontrado luego en una parcela, en montes aledaños a la comunidad de Xocempich, en el municipio de Dzitás.

Personal de la rentadora se extrañó, ya que al vencer el plazo no se devolvió el vehículo y reportaron el hecho. Aunque en esos casos, cuando hay un retraso, la persona paga el recargo cuando retorna el automóvil.

Según los empleados, al momento de hacer el pago, el extranjero abrió su bolsa tipo “cangurera” y dejó ver que traía bastante dinero en efectivo. Por eso se creyó que el móvil pudo ser el robo, pero en el lugar del crimen se encontró la bolsa con muchos euros. (Continuará).