Al cumplirse 3 años de la victoria de Rolando Zapata Bello para alcanzar la titularidad del Ejecutivo estatal, la ocasión fue propicia para revisar lo que se ha avanzado, ver cuáles son las tareas que se han realizado para concretar sus compromisos de campaña, además de las propias de todo gobierno, en educación, salud y seguridad; también para cobrar conciencia de lo que hace falta por hacer y de las condiciones que se requieren para lograrlo.

No se trata de un informe de gobierno en que predominan las cifras sobre lo que ha ingresado y se ejerció, lo que, afortunadamente, ahora se hace cada fin de año, conforme a los requerimientos de la contabilidad, sino  de medir el ánimo de la gente en su relación con el Ejecutivo y la tarea de gobernar. Si nos auxiliamos por los sondeos de opinión que mes a mes se publican sobre la valoración que tienen de los gobernadores los ciudadanos de su territorio, destaca el dato de que de manera permanente Zapata Bello se ha situado en los 3 primeros lugares y que en varias ocasiones los ha liderado, al ocupar el primero.

Lo que se manifestó en el mitin que encabezó, ante sus simpatizantes y partidarios con los que mantiene una relación estrecha y directa, y que probablemente deriva de su posición personal ante el ejercicio del poder y de su cuidado para no utilizarlo en beneficio partidista. Esta forma de ser le ha permitido conservar intacta, como en el primer día de gobierno, la discreción de sus actos de gobierno, estar siempre pendiente del trabajo que se realiza, y mantener un comportamiento prudente, tolerante y consecuente con los principios de la democracia.

De la democracia libre del protagonismo excesivo; que no se deja deslumbrar por las candilejas de la “vida social”, ni engañar por el halago fácil e interesado.

Lo que demuestra que no ha cejado en su empeño para cumplir la primera de sus ofertas de carácter ético-moral: seguir siendo él mismo; no cambiar, no dejarse cambiar, no dejar que el poder se le suba a la cabeza, ni a la de sus colaboradores.

Como es un gobierno cuyo principal interés es servir a la comunidad, permanece como un gobierno accesible, dispuesto a despejar los obstáculos para que la gente pueda acercársele y escuchar los planteamientos, solicitudes y propuestas de todos los ciudadanos, no sólo de sus partidarios.

Es por ello que asumió con mesura el amplio triunfo de su partido en el terreno legislativo, donde los candidatos que éste postuló vencieron en todos los distritos federales así como en 13 de los 15  locales, lo que, aunado al apoyo de los diputados plurinominales de su partido y aliados, Verde y Panal, le garantiza, por una parte,  fortaleza para gestionar recursos del presupuesto nacional y, por otra, llevar al cabo las modificaciones necesarias en la legislación local para alcanzar sus objetivos.

No cabe duda: vienen tiempos mejores.