Mitos de México
Entre los mazatecos de Oaxaca se sabe que la humanidad puede usar el fuego gracias a que el tlacuache se lo robó a una vieja que no se lo quiso dar a nadie.
Desde hace mucho tiempo existen relatos en el territorio nacional que se refieren a hechos y seres extraordinarios de muy distinta índole.
Se cuenta que el perro Xoloitzcuintle era sagrado y acompañaba a las almas de los difuntos en su viaje al sitio de los muertos, Mictlán.
Dicen que una tribu chiapaneca, los tuchlas, se negó a ser conquistada por los españoles, se refugió en una gruta encantada llamada El Canshape.
Entre los mazatecos de Oaxaca se sabe que la humanidad puede usar el fuego gracias a que el tlacuache se lo robó a una vieja que no se lo quiso dar a nadie.
En el municipio El Arenal del Estado de Hidalgo aún persiste el pavor al recordar una época antigua en la que llegaban las brujas a chuparle la sangre a los niños cuyos padres se quedaban dormidos.
En las minas de San Luis Potosí todavía se aparece El Jergas, ya sea para ayudar o para perjudicar. Se dice que es el ánima de un minero que murió trágicamente y vive en esos subterráneos.
Rica es la tradición oral de México y conocerla invita a reflexionar sobre el origen y significado de cada caso. Aproximarse a estos mitos, inherentes a la cultura de la provincia mexicana, quizá nos permita entender mejor nuestra forma de pensar actual.
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