Morir en La Habana

Ayer, tras su tercera victoria electoral del pasado 7 de octubre, Hugo Chávez debió presentarse a jurar el cargo para un nuevo periodo.

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A más posibilidades, mayor indecisión. Florestán

Cuando el 4 febrero de 1992 el coronel Hugo Chávez dio el golpe de Estado contra lo que quedaba del régimen, corrupto, de Carlos Andrés Pérez, sin que nadie lo pudiera prever, estaba surgiendo el más formidable líder latinoamericano del siglo XXI.

En el nuevo milenio, ya como presidente constitucional tras su victoria en las elecciones de 1999, fue víctima, el 11 de abril de 2002, de un efímero y frustrado golpe que lo llevó de la residencia de Miraflores a la cárcel y de la cárcel al delirio de la presidencia eterna de Venezuela.

Marcó como su enemigo favorito al gobierno de Estados Unidos y se alió con Fidel Castro y los enemigos declarados de Washington, desde el libio Muamar Gadafi hasta el iraní Mahmud Amadineyad, pasando por el sirio de Bashar al Assad y sus nexos con el líder eterno de Corea del Norte y sus acercamientos a Pekín y Moscú.

En la región encabezó un movimiento nunca visto, la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América (ALBA), que agrupó bajo su liderazgo económico y político a los presidentes Evo Morales, de Bolivia; Daniel Ortega, de Nicaragua; Manuel Celaya, de Honduras y Rafael Correa, de Ecuador, con la convenenciera simpatía de la argentina Cristina Fernández y del actual presidente de Uruguay, José Mújica.

En lo interior estructuró un sistema de seguridad y vigilancia vía milicias, y un régimen populista sostenido todo en los altos precios del petróleo, aunque las cuentas nacionales de Venezuela estén al borde del precipicio en una situación financieramente insostenible.

Ayer, tras su tercera victoria electoral del pasado 7 de octubre, Hugo Chávez debió presentarse a jurar el cargo para un nuevo periodo.

No lo hizo porque se está muriendo en un hospital de La Habana, lo que los suyos ocultan mientras se dan tiempo para organizar el control del gobierno de Venezuela a través de un chavismo sin Chávez.

Y por eso la puesta en escena de ayer, en lugar de una toma de protesta, y sin que nadie pueda garantizar que él se haya enterado.

RETALES

1. CAÍDA. Eduardo Medina Mora presenta el lunes, en Washington, las copias de sus cartas credenciales a Hillary Clinton. Después del 20 de enero presentará las originales a Obama en la Casa Blanca;

2. REFORMAS. Es definitivo el acuerdo entre gobierno, PRI, PAN y PRD para sacar la fundamental reforma hacendaria a finales de este año, tras las elecciones de julio en 14 entidades. Y digo que es fundamental porque solo con esa reforma el gobierno Peña Nieto tendrá los recursos para financiar las demás. Es ésta o ninguna; y

3. FUSIÓN. María Esther Sherman, directora de Lotería y Pronósticos, trabaja en el documento del que se derivaría la fusión de los dos organismos.

Nos vemos el martes, pero en privado.

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