Mujeres siempre abiertas

“Las mujeres siempre abiertas de piernas no son otra cosa que tramposas cargadas de insidia que, con frecuencia, esconden almas torcidas".

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“Las mujeres siempre abiertas de piernas no son otra cosa que tramposas cargadas de insidia que, con frecuencia, esconden almas torcidas, crueles y llenas de secretos. Son volubles, ligeras y descerebradas por naturaleza, no saben guardar un secreto y tienen una tendencia irresistible a la habladuría”.

Fuente: En la novela de Fabio Pittorru, La conjura Borgia, España, Swing, 2007, pp. 20 y 174. La primera oración es atribuida a un Príncipe de la Iglesia. La acción transcurre a mediados del siglo XV.

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La columna Viernes Cultural y el transcriptor protestan enérgicamente, no en la Plaza Grande, sino en Plaza Altabrisa, y bebiendo un delicioso espresso doble, externan su desprecio por la apreciación de la mujer tan denigrante que se tenía al finalizar el Medioevo, como la expresada en la novela del escritor italiano Pittorru. Hoy ya no es así.

Por supuesto, enfatiza el Transcriptor, yo no tengo nada en contra o qué reprochar a las mujeres (menos, susurra y sin que lo oiga Patricia, a las mujeres siempre abiertas). 

De nada… Saludos.

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