El mundo de las emociones
Analicemos nuestras reacciones en cada emoción que experimentamos. Si NO provocan perturbación emocional, son constructivas.
Platicando con abuelas y abuelos, reflexionábamos sobre la importancia de explorar y conquistar el “maravilloso mundo de las emociones” e integrar y madurar nuestra personalidad. Para lograrlo -sugerí- trabajemos tres pasos:
1º. A cada emoción corresponde un nombre específico. Si estamos enojados, aceptar la emoción y llamarla por su nombre, abrirá un espacio para ser conscientes de cómo nos estamos sintiendo, tomar las riendas de nuestro estado de ánimo y reaccionar responsable y conscientemente: no culpes a los demás de tus estados de ánimo.
2º. A cada emoción corresponde un gesto corporal específico. Analicemos qué gestos corporales utilizamos cuando estamos contentos o enojados. El 65% de lo que comunicamos lo hacemos con gestos corporales. Por eso es importante aprender a manejarlos, es buen comienzo para educar emociones.
3º. A cada emoción corresponde una reacción específica. Analicemos nuestras reacciones en cada emoción que experimentamos. Si NO provocan perturbación emocional, son constructivas; si nos hacen pensar negativamente de nosotros mismos o de los demás, provocando perturbación emocional, son destructivas, pues nos impedirán pensar clara y objetivamente.
Jovencitos, seguiremos explorando el “maravilloso mundo de las emociones”. Hasta la próxima.