Nacer cada día

La verdad es que sí podemos escoger nuestro camino. No es tan fácil, pero vale la pena definir nuestra propia vida como sujetos y no como objetos

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La vida es la constante sorpresa de ver que estoy vivo.- Rabindranath Tagore, poeta. 

Vivir bien y mejor se logra con la renovación. Tenemos el privilegio de poder desarrollarnos y mejorar. Sin embargo, hay personas que existen sin VIVIR. El mayor desafío que enfrentamos los seres humanos es el peligro de volvernos obsoletos. Podemos renovarnos, recrearnos y escribir una nueva página cada día, en la historia de nuestra vida. 

Las preguntas son: ¿me defino yo? o ¿me definen otros?, ¿con qué frecuencia vivo mi vida de acuerdo con las expectativas de los demás? 

La verdad es que sí podemos  escoger nuestro camino. No es tan fácil, pero vale la pena definir nuestra propia vida como sujetos y no como objetos. Tomar consciencia de nuestro “yo” único e irrepetible. Podemos llevar el control y el manejo de nuestra vida.

Cada quien debe trazar su propia ruta y con mano firme en el timón de su vida tratar de llegar a su destino emprendiendo una travesía desafiante. Tener la responsabilidad de desarrollarse a sí mismo es vivir la propia vida, no un remedo de la vida de otros.

Es un trabajo de tiempo completo y fascinante.   

La vida siempre va hacia adelante, no se detiene, no espera; vivirla es entreabrirse hacia lo posible, es abrirse hacia el horizonte del futuro como intuición de las posibilidades que germinan en la realidad y que debemos cultivar y llevar a término.

Reflexionemos: ¿soy capaz de vivir y crear mi propia historia o vivo una historia prestada? Dios nos urge a reconocer nuestra condición humana con el libre albedrío que Él nos concede. 

No hay duda que afrontamos períodos de incertidumbre y la clave para encontrar el mejor camino está en la actitud; hay quienes se lamentan diciendo: ¿por qué tuvo que ocurrirme esto a mí?, ¿qué voy a hacer ahora?, ¡se fue todo al traste!, y hay quienes con inteligencia y reciedumbre de carácter buscan y encuentran alternativas y ajustes para poder seguir adelante y lo logran sin importar si implica más tiempo y más esfuerzo del que habían planeado originalmente.  

Somos cocreadores, innovadores y recreadores en nuestro tiempo. Hay que dedicar espacios de calidad para revisar dónde estamos y si vamos en la dirección correcta para llegar a donde queremos llegar y como queremos llegar. Aún es tiempo de corregir el rumbo, si es que hay algún desvío, para llegar al destino planeado con confianza, esperanza y fe. ¡Renovémonos!

¡Ánimo! hay que aprender a vivir!

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