Nada es lo que parece

Lo interesante ahora, con la Gordillo, es el fenómeno mediático.

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El mundo y sobre todo Internet se han llenado de expertos en desvelar intenciones ocultas. La caída de Elba Esther Gordillo nada más nos sorprendió a los ingenuos y nos la creímos los cabeza de chorlito: es obvio que… Y aquí cada quien, en las cañerías y páginas de diarios, en Facebook y, supongo, Twitter, desgrana la mazorca de su sabiduría en ciencia política, teoría de la información, datos accesibles sólo a iniciados.

La mera verdad, qué güeva. Peña Nieto ganó porque votaron por él 20 millones (entre los que no estuve yo) y porque el Tribunal Electoral no encontró el chivo “que anda por allí” con el que se montó el monstruoso fraude. Pero, sobre todo, porque los millones que no votamos por él aceptamos los resultados sin berrinche. A excepción de uno, uno, uno al que le han hecho fraude en Tabasco (dos veces) y en la Presidencia (dos veces) y tiene un poder hipnótico sobre sus misioneros.

Peña Nieto está urgido de muchas cosas, excepto de legitimidad. Ahora que, si tomar una medida correcta causa aprobación de los gobernados, toda medida correcta está bajo sombra de sospecha: Hum… No hizo esa carretera sino para quedar bien… No reprimió a los manifestantes porque le teme a la furia del pueblo…

Lo interesante ahora, con la Gordillo, es el fenómeno mediático: el que ganó de calle la elección presidencial con casi cuatro millones de votos de diferencia sobre el perdedor, logró en días un pacto entre los tres mayores partidos políticos de México, incluido el PRD, y ha avanzado en cuanta reforma se ha propuesto… sólo busca legitimarse ante los 200 que incendiaron, rompieron, destrozaron, robaron, asaltaron, golpearon, gritaron, escupieron… el 1 de diciembre en “protesta” contra el pueblo que vendió su voto, dicen ellos.

Son el ombligo del mundo. Lo cierto es que no le importan a nadie. Van de los destrozos en esa cosa llamada UACM, donde se inscriben echando un volado y debe desaparecer ya, a incendiar oficinas de un CCH y sus oficinas centrales, los ex del Mosh, los hoy del Chómpiras. Son atencos que despojaron a su pueblo de un buen local en un aeropuerto internacional, ex electricistas que llevaron a la quiebra su empresa y golpean trabajadores de la CFE, los appos que volverán a quemar Oaxaca el próximo mayo, los bejaranos y padiernas ratas. Los mismos. Cuéntelos: no llegan a 500. Y tienen al presidente Peña Nieto preo-cu-pa-diiísimo. No duerme. Por eso tiró a la Gordillo. Pero son muy listos y no los engaña… Mj…

www.luisgonzalezdealba.com

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