Después de la corrupción e ineficacia de la pasada administración municipal, es de reconocer que el actual Ayuntamiento -ciertamente porque es su obligación, pero también su convicción- en menos de un año ya haya solucionado en gran parte problemas como el de la recoja de basura, bacheo de calles, mantenimiento de parques, atención de pozos y zanjas pluviales, etc.

También lo es que haya denunciado a quienes dilapidaron o malversaron el erario. Dará la oportunidad de ver si la autoridad estatal honra su compromiso contra la corrupción o es “mucho ruido y pocas nueces”, lo que equivale a complicidad.

Valioso es emprender también la tarea de recuperar la buena iluminación de nuestras calles. Decisión necesaria y arriesgada -como muchas que le tocan a una buena autoridad- la de rescindir el contrato a la empresa ABC Leasing, pero esperemos que responsablemente adoptada con los elementos que eviten un daño en lo futuro. 

En lo que diferimos es en la adjudicación directa para la adquisición de luminarias. No porque se cometa una ilegalidad, ya que quizás la legislación lo permita en una de sus excepciones.

Tampoco porque se dude de la urgencia del cambio de luminarias, sino porque, sin poner en duda el buen propósito, nada es tan urgente como para empañar la transparencia al resolver el problema que corruptos anteriores causaron.

Sabor a falsedad los dichos de los actuales regidores y diputados del PRI al atacar a la autoridad municipal actual por este tema cuando antes nada dijeron de la corrupción que ocasionó el problema: “Jumentos hablando de orejas”.

Lo cierto es que no debe quedar duda de la transparencia por el bien de la política y de los meridanos. En todo caso, sea cual fuere el procedimiento, esperemos la pericia del actual Ayuntamiento para seguir dando buenos resultados en una transparencia que otros evitaron.