Mucho se ha hablado del tema del ambulantaje, diversos sectores han alzado la voz señalando el impacto que tiene en su economía la competencia desleal que les representa la venta de productos piratas, los clientes que les son arrebatados y las fuentes de empleo que no pueden generar por la falta de ingresos.

La autoridad municipal también ha hecho lo propio, ha dicho en más de una ocasión que buscará el mecanismo que le permita disminuir el problema de la informalidad y ha reconocido que es muy difícil  acabar con ella.

Mientras la sociedad ha emitido comentarios divididos, algunos a favor de que dejen las aceras “limpias” de los ambulantes y otros han dicho que no es necesario, ya que prestan un servicio social.

Sin embargo nadie le ha preguntado a los inspectores de la Subdirección de Mercados qué pasará con ellos si se acaba la informalidad en las calles, ya que no tendrán a quién “bajarle” el jugo o el desayuno, según sea el caso, porque, como todos saben y es un secreto a voces, ahí está la propia informalidad de las “cuotas” que tienen que cubrir para que los dejen trabajar.

Nadie ha pedido su opinión a esos trabajadores municipales que están “vigilantes” de toda la actividad comercial que se desarrolla en las calles, por lo que sería bueno también preguntarles ya que forman parte importante en el tema de la informalidad.