La naturaleza de la música

Los instrumentos de viento serían, en un principio, los que la naturaleza presentaría al hombre al roce y movimiento de hojas, huecos en los troncos o sus propias manos…

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Nuestros antepasados, aquellos que vivieron hace cientos de años, probablemente miles, antes de conocer o desarrollar tendencias melódicas y rítmicas como mecanismo de comunicación, ¿cómo descubrirían la agradable sensación de la armonía musical o el ritmo? Es seguro que ya existen muchas teorías, algunas hasta con certeza y seguridad describirán el proceso… pero, mi ejercicio de hoy, es imaginar a mi estilo cómo creo que fue… 

Una ocasión vi una antigua película de la primera mitad de los 80 llamada “el cavernícola”, protagonizada extrañamente por Ringo Star, donde narran las aventuras de una tribu y especialmente del personaje de Star, que por accidente, con huesos y rocas huecas, crean de forma simpática la base de una armonía musical, principalmente con golpes y quejidos guturales… tiene lógica, ¿de qué otra forma pudieron en el pasado descubrir tonalidades y colores en el sonido? 

¿Qué tuvo que suceder para llegar a instrumentos contemporáneos como un piano o un acordeón? Es de pensarse que después de los percusivos sonidos generados artesanalmente, algún humano ya con ímpetu y curiosidad, empezara a experimentar con diversas fuentes, y las primeras a la mano, es claro que fueron los sonidos directos de la naturaleza, sin dejar a un lado el que personalmente diría que es el instrumento más completo y maravilloso que existe… la voz del ser humano.

Al emular con nuestras cuerdas vocales y los mecanismos naturales con los que fue dotado el ser humano, los sonidos de su medio ambiente, llámese animales, viento, agua, etcétera, iniciaría el proceso de composición, al repetir alguna parte o secuencia de sonidos que se convertirían en lenguaje o comunicación a base de diferentes frecuencias generadas y combinadas, logrando transmitir, sensaciones y espectacularidad en un entorno casi mágico.

Los instrumentos de viento serían, en un principio, los que la naturaleza presentaría al hombre al roce y movimiento de hojas, huecos en los troncos o sus propias manos… las percusiones con golpes y la capacidad de descubrir diferentes sonidos con una variedad de objetos que terminarían en cajas acústicas fabricadas con maderas y diversos materiales. Me gustaría pensar que los primeros instrumentos de cuerda serían el propio cabello al tensarlo y obtener frecuencias de resonancia diferente al estirar o aflojar los mismos… repito, esa es mi teoría.

El ejercicio es que cada uno de nosotros experimente con objetos de nuestro entorno… será fácil ahora… sólo piensen y viajen en el tiempo con su imaginación, a donde no había tanto objeto creado por el hombre.

Así y golpeando cubetas, sigo en mi etapa experimental, hasta que el vecino se queje… porque la música está… donde nosotros la construyamos… Groove on!

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