Me gustaría hablar de cosas positivas esta Navidad, pero encuentro un camino muy espinoso y lleno de desganos  y sinsabores.

Para mí, la Navidad es la época más bella del año, pues recordamos a nuestros seres queridos, a los que nos acompañan  y a los que ya partieron; me recuerda mis días felices de niño y la llegada de Santa Claus  que nos traía a mí y a mis dos hermanas regalos de acuerdo con el presupuesto familiar, ya que papá era empleado del gobierno y su sueldo era más bien raquítico, pero nos alcanzaba.

No había todavía las devaluaciones, el peso y el dólar costaban lo mismo. En varias ocasiones me pregunté  si realmente existía  ese señor gordo y de barbas que complacía a los niños.

Tuve durante varios años la ilusión de una bici, pero no le alcanzaba a Santa para traerme una, a cambio tuve un rifle de municiones para tiro al blanco (usaba munición 40 de plomo que vendía D. Miguel Eljure en El Correo Francés de la calle 65), un kilo de parque costaba 4.00 pesos.

Tuve un tren de cuerda, era de lámina y de aluminio sus rieles, y venía cubierto con un aceite  que lo protegía de la oxidación, ese tren me duró muchos años hasta que fui adulto.  

Hace un año llegó a mi casa una perrita schanuzer de cinco años, cuyo olor me recuerda a mi tren; me gustó mucho mi tren y más mi perrita que lo recuerda con mucho cariño.

Pasaba con  mis padres y hermanas festejando el 24 y lo que seguía, a ellas Santa les traía muñecas, jueguitos de cocina de platitos y tacitas, dulces y una manzana.

Y nuestros padres se ponían muy alegres con los regalos y la forma en que los compartíamos. Fueron para mí inolvidables momentos que me enseñaron valores  que hoy ya no existen en la gente.

Esta Navidad será distinta para todos los mexicanos, porque, en su incapacidad para tomar decisiones, el gobierno ha permitido toda clase de desmanes que generan grupos de anarquistas, ha sembrado inseguridad, ha creado repudio y molestia en mucha gente, a más de complicarse la existencia con la aprobación de muchos cambios que aún no operan, y otros que sí lo hacen,  como la  asfixiante y aberrante reforma fiscal que más que ayudar ha complicado la vida.

La baja en el precio del crudo ha puesto a nuestro país a parir, con una devaluación diaria del peso frente al dólar y un debilitamiento de las reservas de Banxico.

No quería hablar de la situación que ha llevado al  encarecimiento, normal por la época, pero ahora abonado por la devaluación.Pero de todas maneras Feliz Navidad y Próspero año y a ver cómo pinta el 2015.