Al fondo el mar calmado y taciturno se expresa con su ritmo cotidiano en el vaivén de sus olas. De frente con la seriedad, solo interrumpida por una pequeña sonrisa, don Arturo González Sabino, se refiere directamente a mi carácter periodístico, en el ámbito de una entrevista, ante la necesidad de habilitar servicios de salud en este bello puerto morelense, del municipio de Benito Juárez. 

“Han sido múltiples –añade- los candidatos que han desfilado por esta comunidad, haciendo promesas y luego no los volvemos a ver”. 

González Sabino quien radica en este lugar, desde hace mas de tres décadas, con nostalgia y reflexionando en el recuerdo manifiesta: “Amo esta tierra por que ella me ha permitido ver crecer a mis hijos y tratar de prepararme en el conocimiento, en esta, tardía, época de mi vida”. 

Y por ello: “me da profunda tristeza, como no se ha podido construir un hospital que tanta falta hace a esta comunidad, en vías de crecimiento poblacional”.

 En la charla el dialogo se interrumpe, al mismo tiempo en que me muestra un manifiesto popular, donde  solicita a la población que se organice, para solicitar la urgencia de un nosocomio, debido a que  actualmente solo hay un dispensario médico, que no cumple con las expectativas.

 “Necesitamos un hospital en forma, con un mínimo de 100 camas ya que actualmente contamos con una población de mas de 100 mil habitantes.”

Don Arturo, hombre de piel, curtida por  largas jornadas laborales dedicadas a la actividad del transporte. Vive en la medianía de la modestia y a pesar de haber rebasado la línea de las 6 décadas de edad, actualmente estudia la etapa última  de la carrera de derecho en la Universidad del Sur.

En el documento, escrito de su puño y letra, le solicita a los pobladores que en en los próximos tiempos de campañas electorales, respetuosamente, solicitar a los candidatos la garantía al voto siempre y cuando se comprometan a tramitar y construir el anhelado hospital.

 “Lo anterior podría –sigue argumentando el manifiesto- ser vía acta notarial para que el compromiso entre el abanderado partidista y los pobladores, se cumpla”.

 Don Arturo se acerca y con voz tenue, pero firme añade “Estamos cansados de puras promesas” y motivado en la plática replica: “Aquí, en Puerto Morelos, la gente es muy participativa. Las veces que nos organizamos hemos logrado cosas positivas. 

“Y lo mas maravilloso –añade- es que todos los pobladores puertomorelenses nos conocemos.” Viéndome de frente, el líder social, comenta “yo entré a estudiar ya muy mayor de edad, la carrera de derecho, porque siempre me ha gustado servir a mi comunidad”, por ello he escrito este manifiesto popular, para que participemos en una obra prioritaria para  mis paisanos”. 

La platica sometida al tiempo, convirtió  la tarde en el resplandor nocturno y la luna asomó sus rayos plateados, en el manso mar de esta hermosa población de Puerto Morelos. En el estrecho saludo de despedida don Arturo agradecido concluye: “Todo lo que puedan hacer por mi comunidad, será recompensado –estoy seguro- en el reconocimiento a mis hijos que hoy crecen con los valores morales, de la familia humilde, pero digna”.