Necesitamos esperanza
México pide a gritos esperanza y ésta se alcanzará cuando hagamos algo contra la crisis de valores
Nos urge la esperanza, necesitamos alcanzarla, pues sin esperanza no existe el deseo de un mañana; sin ella todo está muerto, sin ella no somos nada y, como bien dijo el papa, somos nosotros los jóvenes la riqueza más grande de este país y podemos convertirnos en esperanza. Ya no somos el futuro de México, somos el presente, 'uno al que le cuesta estar presente'.
Tenemos las facultades de organizarnos para hacer una fiesta o de reunirnos para armar un equipo de futbol, pero ¿cuándo nos organizaremos para generar un cambio en la sociedad? El año pasado lo intentamos cuando exigimos justicia al gobierno e hicimos manifestaciones por todo el país; empezó bien pero ahí se quedó, porque creemos que con exigir todo está hecho y olvidamos que no podemos pedir si no damos algo a cambio.
El futuro está en sentirnos nosotros parte de la riqueza que el papa afirma, ignorar a quien dice que los jóvenes somos apáticos, porque quien se atreve a pronunciarlo muestra que no sabe nada, que no ha salido a la calle, que no ha ido a un antro, que no ha visitado un estadio y menos un concierto.
El problema está en que todas nuestras energías las estamos enfocando en algo vano. Los ricos sabiamente invierten su riqueza para generar más; nosotros tenemos urgentemente que hacer lo mismo: invertir toda la magia de la juventud, de nuestra alegría, capacidades y dones.
México pide a gritos esperanza y ésta se alcanzará cuando por fin hagamos algo contra la crisis de valores y de verdad queramos salir adelante; cuando abandonemos el conformismo, y, sobre todo, cuando empecemos a pensar en las necesidades del otro. 'La principal riqueza de México es que tiene rostro joven y un pueblo con juventud es un pueblo capaz de renovarse' (SS Francisco).