Llama la atención lo seco, por no decir cicatero, que ha sido el reconocimiento de PAN y PRD al limpio y exitoso operativo de la Policía Federal el viernes en la Autopista del Sol.

¿Qué escatima el PAN? ¿El PRD está del lado de la civilidad, la ley y la inmensa mayoría de la población, o acabará de comparsa de Morena y sus aullidos de coyote que denuncian violencia, represión?

El viernes se demostró que puede haber orden sin sangre, victoria sin brutalidad. El gobierno del presidente Peña Nieto exhibió las virtudes de la eficacia. Con esa vara se le deberá medir desde ahora. No solo frente a los delirantes y ensimismados maestros de Guerrero y Oaxaca, sino ante lo que venga desde los llamados movimientos sociales.

El gobierno federal no puede dar ya ni un paso atrás frente a los grupos (pequeños, medianos, grandes) que lesionen al ciudadano común y corriente. Es hora, de una vez por todas, de superar la página del 2 de octubre que, 45 años después, sigue descomponiendo la comprensión de factores y conceptos como legalidad, orden, tolerancia, bien común.

El operativo del viernes fue, por lo demás, el inicio de una historia que vaya Dios a saber cuántos capítulos contendrá. No me refiero únicamente a los tambores de guerra y señales de humo que salen de Chilpancingo y Oaxaca, sino también a las medidas urgentes para el regreso a una normalidad donde nadie vuelva a bloquear carreteras ni impida que decenas de miles de niños vayan a la escuela.

Niños que, este lunes, deberán buscar algo mejor que hacer, porque el “movimiento social”, desalojado y zarandeado, así lo sigue imponiendo.