#NIUNAMÁS

E.V.D fue mi esposo y es el padre de mis tres hijas, juntos construimos muchas experiencias valiosas y hermosas y ahora intenta matarme porque está enojado.

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Ni una más es el grito ensordecedor de los que nos duele la violencia. Con tristeza leí en redes sociales la publicación valiente de una mujer víctima de violencia. Una mamá feliz de tres niñas, apasionada defensora de la lactancia materna, del parto natural y no medicalizado, el vegetarianismo y la medicina alternativa. La mejor dula que me pudo acompañar en el nacimiento de mi hijo.

Ceci, te quiero y te admiro, deseo que tus palabras retumben en muchos oídos y conciencias. Tu publicación ha sido compartida más de 37 mil veces en menos de una semana, es digna de ser compartida una vez más.

“Ayer sobreviví, no lo digo con orgullo, es triste aceptar públicamente que yo también soy víctima de la violencia contra la mujer.

Escribo desde el amor que siento por mí misma, por mis hijas y por todas las mujeres. Jamás me he considerado débil o vulnerable, soy una mujer fuerte, inteligente y preparada, una mujer de suficientes recursos emocionales, materiales y familiares.

Y sin embargo bastó una discusión sobre el color de los calcetines de mi hija mayor para que el que fuera hasta el 2012 y por 10 años un esposo cariñoso y un padre ejemplar me tomara del cuello y me estrangulara, me insultara y me golpeara contra la pared hasta hacerme perder el sentido mientras mis hijas se escondían a rezar y llorar abrazadas.

¿Cuál fue la causa verdadera de su enojo? ¿El que yo descubriera hace tres años su infidelidad? ¿El separarme hace dos años al vivir el primer arranque de violencia, el finalmente divorciarme en diciembre pasado? ¿El tener una vida propia cada vez más luminosa y llena de satisfacciones? 

¿Cuál es el origen de la violencia que viví ayer a las seis de la tarde en la sala de mi casa sin deberla ni temerla y que casi se lleva mi vida?

E.V.D fue mi esposo y es el padre de mis tres hijas, juntos construimos muchas experiencias valiosas y hermosas y ahora intenta matarme porque está enojado, porque sus 1.80 metros y más de 100 kilos le permiten una superioridad física sobre mi.

¿Quién me felicitaba el día 8 por ser mujer? ¿Quién se une hoy a mi lucha?

El mes pasado tuve el honor de representar a la sociedad civil y ser nombrada miembro del Consejo Estatal para la Defensa de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Hoy me toca experimentar en carne propia la defensa de mi derecho y el de mis hijas a vivir una vida libre de violencia.

Anoche mis hijas me acompañaron a poner la denuncia al Centro de Justicia para la Mujer, al menos sacaron el aprendizaje de que hay una red de apoyo que nos sostiene, que hay hombres, mujeres y espacios amables cuando se vive una situación de violencia.

Hoy escribo sentada en el piso frente al juzgado segundo de oralidad familiar, vengo a solicitar medidas de protección.

Ayer sobreviví y hoy quiero seguir viva, quiero ser la madre presente que me gusta ser, la mujer combativa que inevitablemente soy y la anciana sabia que estoy destinada a ser. 

Responsabilizo directamente a E.V.D de cualquier daño que suframos mis hijas o yo. Hoy necesito toda la fuerza de la sororidad y la fraternidad, la fuerza de las mujeres y hombres que creemos en el amor y en el honor.

Hoy les pido su energía y apoyo para acompañarme en este proceso”.

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