Davos. Luis Videgaray domina todos los escenarios; es técnicamente muy sólido y tiene mucha sensibilidad política. Además, mano firme. Así me describió al secretario de Hacienda un participante del Foro Económico Mundial. Minutos antes, tres empresarios de gran calado, que le habían visto en una sesión, se enorgullecían del nuevo secretario.

Yo hablé con él en la Zona Cero del Congress Center: el lounge donde Rania pasó una hora saludando amigos; y donde Ricardo Salinas, Alonso Quintana, Alejandro Ramírez y El Diablo Fernández Carbajal se detienen a tomar un café y conversar.

Videgaray va rápidamente al fondo: “Tenemos un gran banquero central en Agustín Carstens. Una junta de gobierno muy sólida. La clave del éxito en la política monetaria mexicana está en nuestra Constitución, que le da autonomía al banco central (…) y tiene un mandato muy específico: el combate a la inflación. Lo que corresponde al gobierno federal y en particular a la Secretaría de Hacienda es trabajar en coordinación… entendiendo que no será a través de una política monetaria con la que daremos estímulo artificial, porque ya sabemos que eso puede terminar mal. El estímulo al crecimiento tiene que venir de factores que impulsen la productividad”.

Sobre la deuda de los estados y municipios dijo: “Lo primero que hay que decir es que en México no existe un problema en cuanto a la deuda de estados y municipios que ponga en riesgo ni las finanzas nacionales ni la economía de México. El nivel de deuda de los estados y municipios, cuando los sumamos a todos, está muy por debajo del nivel de deuda de estados y municipios de otros países en América Latina o en Estados Unidos. Sin embargo, lo que llama la atención y es preocupante es la tendencia. Es una tendencia que ha significado que se haya duplicado prácticamente la deuda de los estados y los municipios en un período de tres años.”

¿Qué te quieres llevar de Davos?, le pregunto. “Es una extraordinaria oportunidad por varias razones. Primero, porque podemos escuchar directamente de los tomadores de decisiones a nivel global cuál es el pulso de la economía, qué perspectivas están viendo, y esto puede orientar nuestra toma de decisiones en México”.