No prometas cuando estés feliz

Los políticos caen exactamente en lo contrario de lo que advierte el viejo refrán.

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Existe  una algarabía entre la clase política priista y panista del país por la definición de las leyes secundarias en materia energética, que se suman a las reformas logradas en telecomunicaciones, hacienda pública, educación y política, sin duda un gran paso, pero…

Se asegura que habrá más inversiones, empleos, reducción del costo de los energéticos y que por fin estaremos en la senda del desarrollo con crecimientos por arriba del cinco por ciento anual del PIB. ¿Será? Lo mismo nos dijeron en el período de José López Portillo con la bonanza petrolera: “Preparémonos para administrar la abundancia”.

El Tratado de Libre Comercio, aseguró Salinas en 1992,  “significa más empleo y mejor pagado para los mexicanos porque vendrán más capitales, más inversión, que quiere decir más oportunidades de empleo aquí, en nuestro país, para nuestros compatriotas…”.

Después vino “el error de diciembre” en la época de Ernesto Zedillo, la debacle económica, los pobres resultados del “gabinetazo” de Vicente Fox y el prometido millón de empleos anuales de Felipe Calderón.

Las reformas a la Ley Federal del Trabajo se aprobaron en 2012 y se generaron expectativas de más y mejores empleos y condiciones de competitividad. Todo se quedó en el discurso.

“No hagas promesas cuando estés feliz”, dice un refrán, pero los políticos caen exactamente en lo contrario.M

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