Qué razón tenía Albert Einstein cuando creó la frase: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Y cuántas veces, en repetidas ocasiones, hacemos el mismo proceso creyendo que vamos por el camino correcto, pero los resultados no son los ideales, los previstos e incluso los mejores.

A nuestro alrededor las personas nos dicen que nos arriesguemos, que no tengamos miedo al cambio, incluso que, si vemos que no funciona la manera en la que estamos haciendo las cosas, analicemos en qué estamos fallando.

Ahí es cuando se presenta el problema, estamos tan cerrados a que nuestro método es el correcto que no queremos cambiar ni un solo paso y sólo queremos demostrar que como lo pensamos es como tiene que funcionar.

En la vida diaria, como en los negocios, debemos ser personas abiertas al cambio, al análisis de las circunstancias y capaces de tomar nuevos caminos para llegar a nuestra meta propuesta. Convertirnos en personas flexibles a las circunstancias presentadas evitará que quiebren los negocios, así como lamentarnos en un futuro al no haber tomado otro camino cuando se nos dio la oportunidad. 

Muchas veces las ideas de negocio no son malas, simplemente en un principio la estrategia no es la correcta y no tiene nada de malo cambiarla. ¿Y tú, eres flexible al cambio?