Noche de reyes “caros”

Cuando abrió los ojos, Julia Angélica, se percató de que la mañana corría, al paso presuroso del tiempo en ese día...

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Cuando abrió los ojos, Julia Angélica, se percató de que la mañana corría, al paso presuroso del tiempo en ese día; 5 de enero y el diario quehacer la esperaba con la actividad obligatoria y sistemática  que le había impuesto ser madre soltera de un par de pequeños: Julio y Ángel, de 8 y 9 años de edad. Ella a sus 3 décadas y media, de edad,  había sabido salir adelante por los estudios Químicos Farmaco-biologos, que había truncado por la presencia amorosa de ilusa juventud, que a través del tiempo le demostró que “la luna del amor” no era de queso y “los principes azules”, se habian extinguido. A partir de ahì, para,  Julia la palabra amor sólo fue concebía, en exclusividad, para sus hijos. 

Cuando calentaba el aceite comestible en la sartén, recordó la víspera de la celebración de “los Reyes magos” y que se daría tiempo, mas tarde, para comprar los juguetes que en juegos familiares sus hijos le habían sugerido como un deseo de regalo de reyes. Ese día trascurrió diferente a otros por la emoción de la espera en sus niños y la multiplicidad de preguntas por la procedencia de aquellos 3 mitológicos caballeros, procedentes del medio oriente. Julia Angélica como pudo capoteo las preguntas incisisivas de sus pequeños. Recordando lo que a ella le habían dicho sus padres en ocasión similar de su niñez.

Comenzó su peregrinar por la primera docena de tiendas y aparadores en la búsqueda del gusto de sus hijos por los juguetes añorados. Cuando se percató de los precios y miro al fondo de su bolso un billete de 500 pesos, sintió un leve calofrió al ver que no cubrían el costo. Siguió su búsqueda pacientemente  recordò su niñez y al instante le vinieron a su mente las preguntas: ¿Qué habrà pasado con el trompo, el balero, el yoyo? ¿Dónde habían quedado aquellas muñecas de trapo que tenia existencia anual para ser recicladas cada día de reyes? ¿Por qué habían sido sustituidos aquellos camioncitos de madera que mercaban campesinos artesanos de esos tiempos y su durabilidad garantizaba, imaginacion creativa? Prosiguió su búsqueda entre el tumulto de  padres, mas,  avidos de ofertas que  del juguete.

Cuando el cansancio, provocado por la insistente búsqueda llegó a su clímax, una idea le iluminó el cerebro, comprarles algo útil y necesario como vestimenta o calzado y de complemento unas libretas, calcetines o lapiceras  etc.! A la mañana siguiente Julio y Ángel como resortes rebotaron de sus camas en la búsqueda de sus preciados tesoros y sin hacer caso a las vestimentas y cuadernos escolares se dirigieron a la habitación materna para enfrentar a su trasnochada mama, para decirle si ella no había visto donde le habían dejado los santos reyes sus regalos a lo que su progenitora les contestó “Los reyes magos no existen hijos. El único rey mago es el que les habla y les ha dado la vida, así que es hora que sepan la verdad”. Los niños retrocedieron asustados, pero de nuevo los enfrentó: “hoy todos sus amiguitos quizá lleven juguetes nuevos a la escuela pero esos han sido el fruto del trabajo de sus padres. El de ustedes es el trabajo de su madre que tantos los ama y que anoche saliò en búsca de estos humildes regalos que les doy con mi amor infinito”. Madre e hijos, se fundieron en un abrazo entre alegrías y lagrimas, donde la verdad triunfò contra la simulación y pudo mas el amor de aquellos seres, que seguir en el consumo de la alegría al disimulo. A partir de esa fecha Julia Angélica les platicó de aquellos juguetes artesanales y creativos que en muchos casos los mismos niños componían o sustituían de una rueda original por otra que ellos mismos creaban.  En otro tiempos, aquellos, que no volveran…

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