Nómina explosiva

El Ayuntamiento capitalino tiene en su abultada nómina uno de los expedientes más complicados para el próximo alcalde Eduardo Espinosa Abuxapqui...

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El Ayuntamiento capitalino tiene en su abultada nómina uno de los expedientes más complicados para el próximo alcalde Eduardo Espinosa Abuxapqui, quien 13 años después retomará las riendas de una administración hecha trizas, trabajo de largo aliento que no se agota en el desafortunado período de Carlos Mario Villanueva Tenorio.

Poco antes de su desalojo, el Tesorero Joel Sauri Galué reveló el pasado 13 de febrero que la plantilla laboral creció al doble con Carlos Mario Villanueva, y que había 2 mil 650  trabajadores. Para entonces 525 empleados habían sido lanzados a la calle.

Para el ex alcalde de Isla Mujeres lo idóneo era dejar la nómina en 2 mil 100, pero actualmente hay 2 mil 450. Es decir, 350 están de más, según la estimación de un experto en administración que estuvo consciente de que sería muy amarga la medicina que recetaría a decenas y decenas de trabajadores, muchos de ellos con calidad de asesores sin actividades visibles.

Nada justifica una cantidad tan elevada de empleados, sobre todo si muchos de los de reciente ingreso no impactan positivamente en la marcha del Ayuntamiento. De hecho, son tan sólo una carga a las desangradas finanzas.

Abuxapqui ya debe estar concentrado en el análisis del paciente que pronto quedará en su quirófano, y que tiene una docena de dolencias, algunas complicadísimas y otras producto del abandono de las funciones de toda la tripulación, incluyendo a los regidores cuya mayor conquista fue la regularidad en el depósito de sus dietas, incluyendo las jugosas e insultantes compensaciones.

La prioridad debe ser la de proteger las fuentes de empleo de los cientos de trabajadores que se aplican en serio, desechando a los recomendados que perciben los sueldos más jugosos, por cortesía de la primera autoridad.

Ladrones de cuentahabientes

Los presuntos clonadores de tarjetas de crédito han vuelto a las andadas, como esas pesadillas que retornan en ciertas noches para hacer de las suyas. Y en esta ocasión, para variar, su víctima fue una maestra jubilada a quien despojaron de 6 mil pesos que tenía en su cuenta de Banamex.

Es probable que haya más afectados por esta banda de delincuentes que ya han saqueado cuentas de nómina, teniendo como blanco favorito a jubilados, abarcando incluso a burócratas en activo, como los de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA).

Lo más grave fue el trato glacial que la afectada recibió de una ejecutiva de la institución bancaria, quien con desdén automático le pidió que haga llegar su queja a nivel central, dejando a la maestra con un palmo de narices.

La insensibilidad es imperdonable, como la falta de un blindaje para proteger a los cuentahabientes.

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