Nuestra Constitución

Actualmente pocos son los que conocen los artículos constitucionales en nuestro país, lo cual vuelve más vulnerable a la mayoría...

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Después de la Revolución Mexicana y ante las demandas sociales, económicas y políticas, pero también como respuesta a un pueblo cansado de la guerra y en búsqueda de una opción que ofreciera un verdadero marco institucional y el respeto de los derechos fundamentales, surge la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una ley que para muchos tiene características socialistas, aunque dista mucho en su aplicación total. 

Estos 100 años recorridos no han sido camino fácil para nuestro país y mucho menos para nuestra Constitución, que ha sufrido diferentes modificaciones, siempre buscando adaptarla a la realidad sociohistórica en la cual transitamos, sin dejar a un lado, en la gran mayoría de las ocasiones, ese carácter social que la caracteriza. Los mexicanos que pensaron y dieron vida en ese entonces a la Constitución tenían claro algo: ésta debía tener un enfoque de igualdad, libertad y verdadera justicia social; debía ser el reflejo ineludible de las luchas sociales y la retribución a los oprimidos por tantos años.

Actualmente pocos son los que conocen los artículos constitucionales en nuestro país, lo cual vuelve más vulnerable a la mayoría, al no saber a lo que tiene derecho o no. Lo que sí domina es la desinformación y el escepticismo ante el desempeño de la función pública, igualmente regulada en la Constitución. Nuestra sociedad debe reflexionar y trabajar sobre cómo devolverle la credibilidad y fuerza política, social y económica que merece la letra constitucional y equilibrarla con la realidad en la que hoy vivimos.

De igual forma, como ciudadanos, debemos ser vigilantes en todo momento de las modificaciones que se le hagan a nuestro máximo orden jurídico en el país y volver a revisar las acciones realizadas en la presente administración federal en el mismo tenor, y quiénes han metido mano en materia de competencia económica, energéticos, telecomunicaciones, educación, entre otros, los cuales le han restado espacio a lo social para darle más a lo económico. Siempre es necesario lograr el desarrollo económico de nuestro país, pero no olvidemos que éste de poco servirá si no logramos respetar los derechos humanos de los mexicanos.

Y más que una celebración esta semana y este mes debemos estar en un momento de reflexión y llamado a la acción, porque ante un México en el que la mayoría de la riqueza se concentra en menos de 10 hombres y más de la mitad de los mexicanos vive en pobreza, queda en evidencia que nuestra Constitución está muy bien escrita, pero muy poco respetada. Debemos recordar las razones de su surgimiento, y no olvidar el camino que nos queda por recorrer. 

Y aunque llevamos 100 años viviendo con esta constitución, éstos no han sido totalmente de vida constitucional.

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