Nuevos propósitos

Este segundo día del Año Nuevo es buena oportunidad para reunirnos en familia y trazar nuevos proyectos familiares, de trabajo, de esparcimiento; desechar todo aquello que no funcionó y planear cosas más realizables.

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A lo largo de nuestra vida abrimos y cerramos infinidad de ciclos. Muchos de ellos tan efímeros o de poca duración como unos minutos o un día; otros más largos como los meses y años; sin embargo, se ha vuelto algo tan común que apenas nos damos cuenta de ello y lo trascendental que son en nuestra existencia.

Si en verdad entendiéramos la importancia de su dimensión y valoráramos todos los sucesos que en esos lapsos ocurren, nuestras vidas tomarían rumbos diferentes sobre todo por el cúmulo de aprendizajes y experiencias vividas. Cuántas veces hemos levantado la copa para brindar y externar nuestros mejores deseos con motivo del Año Nuevo, cuántas velitas del pastel hemos apagado con la ilusión de que se cumpla nuestro deseo; al final, son muy pocos los que en verdad se cristalizan en realidades.

Es común escuchar, de quienes nos rodean, quejas y lamentaciones por su mala suerte. Los fracasos deben ser analizados y valorarlos, no atribuírselos a la suerte. Enfrentar nuestras acciones y actitudes pasadas nos puede ayudar mucho a tener un futuro más tranquilo, sin sobresaltos que perturben nuestras vidas. Son muy pocos los que en verdad reflexionan y autoevalúan sus experiencias, es por ello que también son muy pocos los que logran alcanzar las metas y propósitos trazados.

Dedicarle un poco de tiempo a realizar una retrospección y análisis de lo que nos salió mal nos puede llevar al éxito. Es necesario revalorar continuamente nuestras vidas, aun cuando nos haya ido bien; algunos cambios siempre serán necesarios, ya que refrescarán nuestra actitud y nos darán una percepción diferente de los retos que enfrentamos.

Este segundo día del Año Nuevo se presenta como la mejor oportunidad para reunirnos en familia para considerar y trazar nuevos proyectos familiares, de trabajo, de esparcimiento; es hora de desechar todo aquello que no funcionó y planear sobre cosas más sentadas, más realizables. No tengan miedo al cambio, estancarnos en nuestras vidas es el peor error que podemos cometer; sueñen, revivan sus ilusiones, pues mucho del éxito lo forjamos nosotros mismos; la suerte es para aquellos que no luchan.

Si buscan sacudirse su “mala suerte” aprovechen este año que apenas inicia, la tenacidad y perseverancia de su lucha diaria serán la llave del éxito deseado, pero no olviden reconocer los fracasos para trazar los nuevos proyectos. Felicidades en este año que comienza.

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